Hidalgo es un estado lleno de tradiciones, sabores y biodiversidad, y en el Valle del Mezquital se encuentra el corazón de Finca Castel de Oro, un lugar donde se ha conservado la agricultura tradicional y sustentable del maguey, al que utilizan para producir destilados.
Te puede interesar: congreso de hidalgo firma convenio con instituto nacional de salud publica
En Cardonal, los campesinos hñähñus cosechan diario, de dos a tres veces, el aguamiel de sus magueyes, que deben de tener una madurez de siete a 10 años para estar listos y ser cosechados.
En la idea de proyectar las riquezas naturales y los productos que se elaboran a partir de ello, la titular de la Secretaría de Turismo del estado, Elizabeth Quintanar Gómez, acudió a este negocio inmerso entre los escenarios semidesérticos que ofrecen las montañas áridas del Mezquital; ahí se mostró entusiasmada e interesada por la historia que da origen a este lugar y a los productos que hoy se exportan a todo el mundo y que son ganadores de medallas de oro y plata.
“Es intención de todos los que trabajamos en la Secretaría de Turismo apoyar al sector. En Finca Castel de Oro están haciendo las cosas bien, tanto, que son ganadores de medallas, lo que significa que el producto es digno y con excelencia”, indicó la servidora pública.
También declaró: “Nosotros nos acercamos con mucho gusto a ellos para poder apoyar a crear un producto turístico y que así oferten al público una experiencia memorable”.
Quintanar Gómez dijo que el agroturismo y etnoturismo, así como poder estar con las personas que laboran en la zona, poder observar desde que se cultivan las tunas, los magueyes, desde que se cortan y se procesan de manera artesanal, hasta que se tiene el producto terminado y se puede degustar, estará proyectando crecimiento en los próximos años.
Agregó: “Todos los prestadores de servicio necesitan acompañamiento, se los daremos y a cinco años se puede poner en valor, y por lo menos creemos que se triplicará el número de empresas que se encuentran ofreciendo experiencias turísticas”.
“El turismo se vive por los cinco sentidos y en esta finca se tiene la experiencia completa, se deleita el gusto, el olfato, la vista, el tacto e incluso el oído, la experiencia es impresionante”, finalizó la secretaria.
Trinidad Cruz y Gregorio Shapers abrieron las puertas de su finca y relataron el legado familiar que ha transcurrido, a través de los años, por Castel de Oro. Legado, mencionaron, que ha permitido en la actualidad, que se sigan aprovechando los recursos materiales que otorga la tierra del estado de Hidalgo.
Gregorio, de origen alemán, estudió Ciencias de Latinoamérica en su país natal para posteriormente realizar una serie de proyectos sociales en el municipio de Chilcuautla. Desde su llegada a México, hace 25 años, se ha dedicado a aprovechar la riqueza que la tierra mexicana ofrece y así preservar la cultura y la naturaleza de la región del Valle del Mezquital.
En la finca se producen diferentes productos, desde la miel de maguey, que es considerada como el azúcar natural de México, hasta destilados ganadores de reconocimientos internacionales por Spirtis Selections; productos que enmarcan los sabores del Valle de Mezquital desde 1803, los cuales permiten compartir al mundo la esencia del estado.