Con la llegada del verano y las vacaciones, las niñas y adolescentes cambian sus rutinas habituales. Ya sea que pasen más tiempo en pantalla con juegos online o en redes sociales, tomen cursos o talleres, o se vayan de viaje. Ante este panorama, Mujeres Vivas, Mujeres Libres, considera que este es el momento crucial para hablar del grooming, estar alertas y cuidarse entre si mismas, además a las niñas y adolescentes que nos rodean.
¿Qué es el grooming? Es un tipo de violencia ejercida por una persona adulta hacia menores de edad. El adulto intenta ganarse la confianza de niñas, niños y adolescentes, ya sea por internet o en persona. Al generar una falsa sensación de empatía, cercanía y comprensión, los menores pueden equivocadamente confundir ese vínculo con una amistad sincera o una especie de enamoramiento.
Sin embargo, la persona adulta que hace grooming no tiene buenas intenciones. En realidad, busca manipular emocionalmente y aislar al menor de su red de confianza —familia o amistades— con el fin de abusar sexualmente de él o solicitarle contenido de abuso sexual (fotos y/o vídeos).
¿Cómo detectarlo? No se trata de generar paranoia, pero sí de estar muy alertas. Al inicio, el abusador suele ser amable y comprensivo porque su primer objetivo es ganarse la confianza del menor, haciéndole sentir «especial», escuchado y comprendido. A veces, comienza una relación secreta prometiendo una amistad o un amor distinto «que nadie más podrá comprender», pero en realidad busca tener control total sobre su víctima y aislarla.
Angélica Contreras, vocera de Mujeres Vivas, Mujeres Libres, explica: «Este problema no es individual, tiene dimensiones estructurales y sistémicas. Es urgente que desde la familia, la comunidad y la escuela se fomenten espacios seguros para que, junto con niñas y adolescentes, se cuestione la idealización del amor romántico y se hable libremente sobre sexualidad, amor y género.
Además, es vital reforzarles que tienen derechos para que puedan identificar y resistir cualquier forma de abuso o manipulación, tanto en línea como en sus entornos cotidianos. Recomendamos a las madres, padres y personas cuidadoras que, así como aconsejamos a las niñas y adolescentes tener cuidado al asistir a espacios físicos, también les demos orientación para acceder y navegar de forma segura en redes sociales y apps».
Impacto y efectos El grooming puede tener graves consecuencias emocionales y puede llevar a la niña, niño o adolescente a ser víctima de delitos graves como el abuso sexual físico o el material de abuso sexual. Es crucial no normalizar ni romantizar esto porque perpetúa estereotipos y roles de género dañinos.
«La sexualización de las infancias y adolescencias, así como los roles de género, también juegan un papel importante. Los medios de comunicación y la cultura dominante a menudo perpetúan la idea de que los hombres mayores tienen la autoridad para enseñar y guiar en cuestiones de amor y sexualidad a chicas muy jóvenes, reforzando y normalizando roles de género rígidos y machistas», comenta Contreras.
Prevención y acción Para evitar este tipo de violencia, debemos educarnos sobre los riesgos y aprender y enseñar a poner límites claros. También es vital hablar abiertamente con nuestra red de confianza: nuestra familia y nuestras amigas, para contarles cualquier situación incómoda. Si eres adulta, es importante que te muestres cercana y dispuesta a escuchar activamente a las niñas, niños o adolescentes de tu círculo.
¿Qué hacer si sospechas que te está pasando a ti? Si sospechas que estás siendo víctima de grooming o conoces a alguien que podría estar en esta situación, es muy importante hablar con alguna persona cercana de inmediato, de preferencia con alguna persona adulta de confianza. Busca ayuda profesional si es necesario o contacta a las autoridades. En México, el grooming es considerado el resultado de varios delitos graves con penas severas para los culpables.
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Desde Mujeres Vivas, Mujeres Libres, queremos que todas las niñas, niños, adolescentes y mujeres estén alerta y sensibilizadas sobre lo que es el grooming. No se trata de sospechar de todos los adultos de nuestro entorno, pero sí de cuidarnos a nosotras mismas y unas a otras, promover relaciones sanas y de confianza y así proteger nuestros derechos y nuestra seguridad.
Este verano, asegurémonos de que todas disfrutemos de nuestras vacaciones de manera segura y libre de cualquier tipo de abuso o violencia. ¡Juntas podemos hacer la diferencia!
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