Buena parte de la incertidumbre de las últimas semanas ha sido disipada: Macron y Le Pen irán a segunda vuelta en las elecciones presidenciales de Francia el próximo 7 de mayo. En lo inmediato esto indica que los partidos tradicionales han perdido dramáticamente, ya que sus candidatos no llegaron al ballotage.
Todos los analistas indican que Macron ganaría en la segunda vuelta, ya que las encuestas indicaban una ventaja de 25 puntos por sobre Le Pen en caso de que ambos llegaran al ballotage, como ha sucedido.
Estos resultados prácticamente anulan la probabilidad de una salida de Francia de la eurozona, salvo que se diera el escenario improbable de que Le Pen ganara en segunda vuelta. Así lo interpretaron los mercados de modo instantáneo con un salto en la cotización del euro en el día domingo:
En cualquier caso, los resultados indican que el descontento en Francia respecto de la eurozona ha aumentado. Un año atrás parecía remota la probabilidad de que Le Pen llegara a segunda vuelta y hoy esto es un hecho. Esta tendencia continúa en otros países y lo que vuelve a subrayar es que la tensión sigue en aumento.
Esto se veía reflejado por dos variables. La primera es el “spread” o diferencia de rendimiento entre los bonos franceses y alemanes a dos años:
Pero un spread menos atendido es el de dos años entre los bonos alemanes y los bonos estadounidenses.
Como puede verse en el gráfico, la diferencia de rendimiento está en el máximo desde el 2001. Esto no hace más que reflejar el hecho de que la eurozona parece convertirse cada vez más en una entidad cuyo futuro es inestable.
Las elecciones de Alemania en mayo difícilmente aporten información nueva. Es muy difícil pensar que alguien de ese país esté en contra de la eurozona, ya que los alemanes han sido los más beneficiados por el euro.
La próxima prueba grande que deberá enfrentar el euro son las elecciones italianas de febrero del año que viene.