En comparación con mantener en su cartera bonos del Estado, considerados refugio seguro, o acumular dinero en una cuenta de ahorros de tipos de interés bajos, invertir en acciones siempre ha sido una proposición más arriesgada. Los inversores en acciones se exponen a una variedad de peligros del mercado, siendo los peores la recesión, el retroceso de las ganancias y el aumento de la inflación que propicia las subidas de los tipos de interés por parte de los bancos centrales.
1. Costco Wholesale (NASDAQ:COST)
Los grandes minoristas estadounidenses se consideran defensivos. Esto se debe a que estas empresas se recuperan rápidamente tras un golpe inicial dada la naturaleza de sus negocios, que generalmente incluyen los productos de primera necesidad que los consumidores van a necesitar siempre independientemente de la situación económica. De entre esta clase, Costco Wholesale es uno de nuestros favoritos.
La extensa red internacional de Costco —a finales de 2019, operaba casi 800 almacenes en todo el mundo, cerca de 550 de las cuales se encuentran en Estados Unidos— proporciona a la corporación un enorme poder para exprimir a sus proveedores, además de que su capacidad de ventas online, que mejora rápidamente, le proporciona un estatus de refugio seguro. Un factor que favorece a este minorista sobre los demás es su gran base de suscriptores.
Con una parte sustancial de su negocio dirigido a la venta de mercancías a bajos márgenes de beneficio, esta cadena tipo club de precios tiene alrededor de 99 millones de miembros. El año pasado sólo estas suscripciones aportaron a la compañía 3.350 millones.
Después de más que duplicarse durante los últimos cinco años, las acciones de Costco no son baratas. El viernes cerraron en 355,01 dólares. Sin embargo, muchos analistas creen que después de la pandemia, Costco se hará más fuerte, ofreciendo aún más ventajas a los inversores expertos.
2. Brookfield Infrastructure Partners
Las de Brookfield Infrastructure Partners, con sede en Toronto, son otras acciones defensivas que podrían proporcionar cierta estabilidad en caso de alta volatilidad del mercado. BIP posee y opera empresas de servicios públicos, transporte, energía e infraestructura de comunicaciones en todo el mundo. Gestiona una cartera con activos que abarcan los cinco continentes.
Eso incluye servicios públicos y sistemas de transmisión de energía de Norteamérica y Sudamérica, 37 puertos en Norteamérica, el Reino Unido, Australia y Europa, aproximadamente 3.800 kilómetros de carreteras de peaje en Sudamérica e India, y grandes operaciones ferroviarias en Australia y Sudamérica.
El objetivo de la compañía es generar rendimientos a largo plazo del 12% al 15% sobre el capital y proporcionar repartos sostenibles a los inversores, al tiempo que fija un objetivo de crecimiento anual de distribución del 5-9%.
Según Brookfield, su estrategia es adquirir negocios de alta calidad basándose en el valor, administrar activamente las operaciones y vender activos oportunistamente para reinvertir capital en el negocio.
Durante la última crisis provocada por la pandemia a la economía mundial, BIP no se enfrentó a grandes problemas con sus flujos de efectivo, ya que sus negocios se consideraron esenciales. En una presentación ante los inversores, la compañía dijo que prevé un crecimiento anual de los beneficios.
Observando las cifras, no hay duda de que la compañía ha estado ejecutando con éxito su plan. Durante los últimos cinco años, las acciones de BIP se han más que duplicado, al igual que su dividendo. Las acciones han subido un 7% este año. A 47,80 dólares al cierre del viernes, las acciones de BIP todavía se antojan atractivas, especialmente con el actual rendimiento de dividendo de más del 4%.
3. Microsoft (NASDAQ:MSFT)
¿Quiere unas acciones de tecnológicas sólidas que también tenga características defensivas? Microsoft se ajusta perfectamente a esta descripción.
Muchos inversores confunden al gigante de software con sede en Redmond, Washington, con una entidad puramente tecnológica, creyendo que sus acciones siguen en modo de crecimiento, algo para recoger beneficios rápidos. En nuestra opinión, sin embargo, Microsoft es una gran opción defensiva que los inversores deben comprar, para mantener a largo plazo.
La compañía ha recompensado masivamente a sus inversores en los últimos cinco años, subiendo las acciones alrededor de un 356%. Microsoft se ha beneficiado de una serie de éxitos: un aumento de las inversiones en tecnología, su incursión en la computación en la nube y la fuerza de sus principales productos de Office.
Tras una transformación masiva, impulsada por el director ejecutivo, Satya Nadella, que comenzó hace más de cinco años, Microsoft se ha convertido en uno de los actores más potentes en el ámbito de la computación en la nube, de rápido crecimiento, al frente de la segunda mayor cuota de mercado del segmento, solo superada por Amazon (NASDAQ:AMZN).
Su sólido dividendo, que ahora produce un 2,24% al precio de cierre del viernes de las acciones de 206,19 dólares, y su excelente trayectoria en los pagos, se suman al atractivo de las acciones, particularmente durante una economía incierta. Desde 2004, cuando el gigante tecnológico comenzó a pagar dividendos, su pago se ha multiplicado por más de cuatro.
Además, las empresas que pagan dividendos fiables están en una posición mucho mejor para soportar la presión de venta que las que no, haciéndolas menos volátiles en un mercado bajista, ya que proporcionan ingresos garantizados y recurrentes a los accionistas.
Tras el incansable repunte de este año, las acciones de Microsoft se han tomado un respiro, cayendo un 12% desde los máximos históricos registrados en torno a 233 dólares a principios de septiembre. Los inversores podrían obtener un mejor punto de entrada si observamos más debilitamiento los próximos días.
En conclusión
Comprar acciones estables, que además podrían pagar un dividendo, es una estrategia ganadora cuando los picos de volatilidad y los riesgos para el crecimiento económico están en aumento. Costco, BIP y Microsoft encajan muy bien en esta estrategia defensiva. Se puede confiar en sus crecientes pagos, incluso durante correcciones de los mercados mientras encuentran un nuevo equilibrio.