El predominio de los bancos en los mercados emergentes refleja sus relativas tempranas fases de desarrollo económico institucional. En el caso peruano, la alta dependencia se ve reflejada en una alta brecha entre la tasa pasiva pagada por los bancos a sus depositantes y la tasa activa cobrada a los acreedores.
Así, tenemos que para el año 2000 dicha brecha era del 20% en promedio y llegaba al 13% en el año 2014. Esta misma brecha es mucho menor para el caso de Estados Unidos donde llega al 3%.
Como resultado de ello, en momentos de enfriamiento o recesión económica, existe una escasez de recursos para las empresas que no tienen otras alternativas de financiamiento más allá de los bancos.
En economías más desarrolladas, un sustituto de los bancos es el mercado de capitales. Este no es el caso peruano, donde el mercado de capitales está todavía muy poco desarrollado. Prueba de ello, es el bajo nivel de capitalización bursátil que tiene el mercado local.
La capitalización bursátil mide el volumen de negociación de las acciones multiplicado por el precio de las mismas. Al respecto, una medida interesante resulta de calcular la capitalización bursátil como porcentaje del PIB. Esta última medida, nos indicaría el grado de desarrollo que tiene el mercado de capitales respecto del producto de la economía.
Como puede verse en el gráfico, la capitalización bursátil del mercado peruano como porcentaje del PBI ha mejorado en los últimos años, pasando del 23% en el año 1996 al 50% para el año 2012.
De todas formas, dista mucho de los niveles de países desarrollados como Estados Unidos que tiene niveles del 115% y también de sus países vecinos, que tienen un nivel de 70% para el caso colombiano y del 118% para el caso chileno.
En tal sentido, es sumamente importante trabajar por mejorar los mercados alternativos de financiamiento, ya que una crisis bancaria en un mercado emergente cuesta más de un año del valor del crecimiento económico normal. La falta de liquidez en el sistema corta la cadena de pagos en la economía y potencia las recesiones o enfriamientos. Esto es mucho menor cuando existe un mercado de capitales desarrollado.
Para lograr un mayor desarrollo del mercado de capitales debe fomentarse el uso del mismo. Por el lado de la demanda, debe educarse al inversor para que utilice en mayor medida las oportunidades de inversión que ofrece el mercado de capitales.
Por el lado de la oferta, deben flexibilizarse aún más los requisitos para emisión de acciones o deuda en el mercado de capitales. Asimismo, debe promoverse la implementación de buenas prácticas de gobierno corporativo. Finalmente, eliminar el impuesto a las ganancias de capitales bursátiles que resultan en un doble impuesto a las empresas.