El último informe de proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) publicado en octubre de 2023 arroja luz sobre el panorama económico global, destacando cómo diferentes regiones están navegando por las turbulentas aguas económicas en el contexto de la recuperación pandémica. Este análisis se centra en las perspectivas para los mercados desarrollados, emergentes y América Latina.
Mercados Desarrollados: Resiliencia con Divergencias
Las economías avanzadas muestran una trayectoria de desaceleración en el crecimiento, previéndose una disminución del 2,6% en 2022 al 1,5% en 2023, y al 1,4% en 2024. Entre los actores clave, Estados Unidos destaca por su resiliencia, impulsada por un sólido consumo e inversión. En contraste, la zona del euro enfrenta una revisión a la baja en su actividad económica, lo que refleja las disparidades regionales en la recuperación.
Mercados Emergentes: Enfrentando Desafíos
La proyección para los mercados emergentes y en desarrollo revela una moderada desaceleración del crecimiento, del 4,1% en 2022 al 4% en 2023 y 2024. China, un motor crítico de esta categoría, enfrenta desafíos significativos derivados de su crisis inmobiliaria, lo que contribuye a una revisión a la baja del crecimiento en 2024. La resiliencia mostrada por otras economías emergentes sugiere una dinámica compleja y heterogénea en esta categoría.
América Latina y el Caribe: Una Esperanza Moderada
Para América Latina y el Caribe, el FMI ha revisado al alza la proyección de crecimiento a 2,3% para 2023, una mejora respecto al 1,9% previamente estimado. Sin embargo, los cambios en los precios de las materias primas y las condiciones de financiamiento externo han llevado a un recorte en las proyecciones para 2023, subrayando la vulnerabilidad de la región ante shocks externos.
Reflexiones Finales
El informe del FMI ilustra una economía global que, aunque resiliente, avanza a un ritmo lento con divergencias crecientes entre regiones. La recuperación completa a las tendencias pre-pandémicas parece cada vez más inalcanzable, especialmente en las economías emergentes y en desarrollo. La interacción de factores globales y regionales continúa moldeando el paisaje económico, requiriendo una vigilancia y adaptación continuas por parte de los formuladores de políticas para navegar hacia una recuperación sostenible.
Este análisis sugiere una necesidad de estrategias diferenciadas y contextualizadas para abordar los desafíos económicos actuales y futuros, y garantizar una recuperación inclusiva y sostenible en el escenario global.