Desde fines de enero cuando el petróleo encontró un piso, las petroleras del mundo comenzaron a recuperar terreno. Sin ir más lejos, la gigante brasilera Petrobras (NYSE:PBR) (APBR) lleva un rendimiento acumulado en el año del 177% potenciada no sólo por la recuperación que tuvo el crudo sino también por la “alegría brasilera” luego de la destitución de su ex presidenta Dilma Rousseff.
Sin embargo, la principal petrolera argentina, Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF (BA:YPFD)), no ha corrido la misma suerte. La recuperación del precio del petróleo desde los mínimos del año, el sinceramiento y arreglo de variables económicas, las inversiones en energías renovables, la oleada de inversiones extranjeras y el cambio de categoría a “país emergente” son algunas de las tantas noticias favorables para el país que han hecho subir a la mayoría de las acciones argentinas. Pese a ello, las acciones de YPF han tenido un magro rendimiento del 30% en lo que va del año, ni siquiera pudiendo superar al índice MERVAL (+48%).
¿Cuál es el motivo por el cual la acción se encuentra tan atrasada con respecto al equity de la región? ¿Qué está ocurriendo en la empresa? Analicemos un poco la situación:
El desabastecimiento energético que sufrió el país en los últimos años, la mala gestión llevada a cabo por la administración anterior y el desplome de los precios internacionales del petróleo (pasó de valer 110 dólares el barril en 2013 a 26 dólares a principio de año) impactaron de forma directa en la empresa estatal. Recientemente el nuevo CEO, Miguel Gutiérrez, informó que el presente balance es el peor en 3 años.
Esto puede observarse viendo algunos números de la empresa: el EV/EBITDA (Valor de la empresa sobre Beneficios brutos antes de Intereses, Impuestos, Depreciaciones y Amortizaciones) cayó un 12% en el 2015 y se espera que este año caiga otro 19%. Mientras que los Resultados Netos de la empresa cayeron un 49% en el 2015 y se espera que este año lo hagan en un -74,8% respecto al año pasado. Por otro lado, la capitalización bursátil de la compañía es de 7480 millones de dólares. Para tomar noción del número, recientemente Rusia informó que invertirá en el país unos 10000 millones de dólares. Tranquilamente podría comprar la empresa.
A su vez, mientras la gran mayoría de las petroleras en el mundo “hicieron sus deberes” recortando gastos, cancelando inversiones y vendiendo activos como respuesta a la caída de los precios del crudo, YPF no los ha hecho ni siquiera con la nueva administración. En consecuencia, podríamos afirmar que el bajo precio de sus activos está justificado.
Pasemos ahora a explicar cómo funcionan las Ondas de Elliot para luego hacer el análisis de la empresa en base a ellas:
Como se muestra en el gráfico, las Ondas de Elliot se basan sobre el supuesto de que todo impulso o ciclo alcista está dividido en 5 sub ondas: 3 impulsivas (1, 3 y 5) y 2 correctoras (2 y 4) y continuado por una corrección de 3 ondas, 2 impulsivas (A y C) y 1 correctora (B). Se las llama impulsivas a aquellas ondas que van a favor de la tendencia de un grado superior y correctoras aquellas que lo hacen en contra. A su vez, las impulsivas pueden sub dividirse en 5 ondas y las correctoras en 3 sub ondas, ambas con la misma estructura que se comentó al principio del párrafo. A continuación de la corrección A-B-C el ciclo se repite y vuelve a comenzar. Ahora bien, ¿qué está haciendo la acción? ¿Qué piensa el mercado respecto a YPF? Recordemos que la cotización de una acción no es el valor actual de una compañía, sino lo que debería valer la empresa según el mercado. Es decir, las expectativas futuras sobre la empresa.
Viendo el activo desde una perspectiva semanal, la acción tocó mínimos de 2 años en 176 pesos. Ese punto pareciera haber sido el final de la onda C y de la corrección de todo el ciclo alcista anterior entre los años 2013 y fines del 2015. Desde ese valor la empresa tuvo una fuerte recuperación hasta los 300 pesos, importante resistencia psicológica que no ha podido romper. Actualmente podría encontrarse en una sub onda 2 con patrón triangular de una onda mayor 3. En caso de ser correcto el análisis, iría a buscar el objetivo de la proyección de la sub onda 3 en 467,5 pesos. A favor de esto, vemos cómo a mediados del mes de Abril el precio salió del canal bajista en el cual se encontraba e hizo un doble pullback al mismo. Pero, ¿es lógico el objetivo? ¿Qué nos haría pensar de que, a pesar de su mal momento, pueda recuperarse de esa manera? El Mercado y en particular las ondas de Elliot tienen mucho de psicología de masas y estados de ánimos. Es por ello que “nunca es piso una buena noticia ni techo una mala”. El mercado siempre inicia su tendencia en el descreimiento, no hay fundamentos en términos generales que indiquen que el precio vaya a subir. Sin embargo, el mercado comienza a escalar. ¿Por qué? Porque hay valor, hay expectativas de recuperación debido a que el mercado, en este caso la acción, bajó mucho.
El que compra en el piso cuando no hay fundamentos es el capital inteligente, es el único que ve valor. De hecho, analicemos lo que sucedió en el 2012 luego de la Estatización de YPF. Lejos de ser techo, si se observa el gráfico anterior, significó una gran oportunidad de compra previo al ciclo alcista. Lo mismo sucedió a principio de año con Petrobras. La acción comenzó a subir no con buenas noticias, sino con el destape de los casos de corrupción, venta de activos y sinceramiento de la pésima situación de la empresa. Esa es la característica de la onda 1, el escepticismo del mercado sobre la recuperación del activo y la dificultad de reconocerla por ser la primera. A continuación viene la onda correctora 2 que comúnmente devuelve en gran medida el recorrido de la 1 o se extiende en el tiempo. Esto sucede porque los operadores creen que la tendencia anterior no ha terminado y que la onda 1 fue sólo una corrección menor. Vuelven las emociones pesimistas sobre el activo y siguen apareciendo noticias negativas que hacen dudar sobre la recuperación (momento en el cual podría encontrarse la acción).
Comprimiendo un poco más la visión y yendo a un gráfico diario, se pueden apreciar lo que parecieran ser las sub ondas de las ondas mayores, dándole más relevancia al análisis previo. Centrándonos en la figura triangular, la misma se confirmaría con la ruptura de la zona en 298-305 pesos por acción, la cual le ha costado superar en los últimos meses. En lo próximo el precio podría ir a buscar los 270 pesos por acción (línea horizontal celeste) como soporte de corto que coincide con el retroceso más eficaz de Fibonacci (61,8%) de la última subida, para luego si rebotar con fuerza. En caso de superar la zona propuesta, podría confirmar el inicio de la sub onda 3, la cual en general es la más larga. Para este punto la gente comienza a ver como una buena oportunidad de negocio al activo y tanto los fundamentales como los technicals señalan compra.
El volumen es un buen indicador complementario de la existencia de la onda 3, ya que es en la que más participan los inversores y la que mayor volumen presenta. Como se observa en ambos gráficos, en las últimas semanas ha aumentado el volumen de operaciones, registrándose los más altos en lo que va del año. Conclusión: no hay que esperar a una buena noticia para entrar en la acción, porque lo más probable es que cuando ello suceda, ya haya subido un buen trecho.
En los últimos días salieron a la luz la denuncia sobre una mega estafa del gobierno kirchnerista en la compañía y los detalles de las cláusulas del contrato entre Chevron (NYSE:CVX) e YPF. ¿Serán estas las noticias negativas y de sinceramiento que estaba esperando el mercado? Difícil saberlo. Sin embargo, hay que tener en cuenta que las buenas perspectivas para el petróleo hacia fin de año (estimaciones entre 55 y 60 dólares el barril) podrían darle el empujón final para que las acciones comiencen a recuperar el terreno perdido.