El inicio de la pandemia del coronavirus impactó de forma negativa la fortaleza de las monedas de economías desarrolladas en el mundo por un rápido incremento de la aversión del riesgo entre los inversionistas quiénes acudieron a los instrumentos de refugio del mercado como el dólar estadounidense, los bonos del Tesoro y el oro. Pero a medida que el optimismo sobre el restablecimiento de la economía aumenta, las monedas recuperan el terreno perdido frente al dólar.
Durante 4T-20, el inicio de las campañas de vacunación, las negociaciones comerciales entre el Reino Unido y la Unión Europea y la aprobación del segundo paquete de estímulos han sido los principales catalizadores de la debilidad del billete verde que también le ha permitido al euro, la libra esterlina y otras monedas europeas cotizar en los niveles más altos de los últimos dos años. Además, otras monedas de más riesgo como el dólar australiano y el neozelandés mantienen la tendencia alcista hacia el cierre del año.