Dos economías y dos divisas, el dólar australiano y el dólar neozelandés, pendientes de cómo transcurre el tema de China. Analicemos estas dos divisas frente al billete verde.
– En Nueva Zelanda, parece que más adelante podríamos asistir a más flexibilizaciones monetarias, aunque dependerá de la evolución y devenir de las próximas referencias macroeconómicas. Lo que sí es cierto es que el incremento de los precios delos lácteos beneficia a la economía del país. Por su parte, el índice de confianza se situó en 10,5, mejor de lo esperado, al igual que las expectativas empresariales.
El recorte de las tasas de interés se debió a la baja presión de la inflación (tienen un objetivo de inflación del 2% para el cuarto trimestre del 2016) y porque una tasa de interés baja beneficia a los agricultores lácteos del país, lo que es relevante dado que la industria láctea representa una de las exportaciones más importantes en Nueva Zelanda.
La economía del país se está adaptando a la fuerte caída de los precios de exportación. La devaluación del yuan es un hecho negativo, de manera que todo el tema de China es muy seguido por el Gobernador del Banco, Graeme Wheeler.
* NZD/USD: la tendencia principal sigue siendo bajista pese al impulso al alza que inició el pasado mes de septiembre. No habrá nuevo síntoma de debilidad mientras el precio no pierda la zona de 0,6270.
– En Australia, el IPC baja del 0,7% al 0,5% y el crédito al sector privado se incrementó al 0,8%. La fuerte sequía que ha sufrido Australia por el efecto del huracán El Niño puede hacer que el crecimiento del país caiga por debajo del 2%, lo que obligaría al Banco Central de Australia (RBA) a bajar los tipos de interés pronto.
Ambas economías siguen de cerca el tema de China, entre otras cosas porque exportan y mucho al gigante asiático. El inesperado recorte de las tasas de interés por parte del Banco Popular de China, así como las tasas de los préstamos, depósitos a un año y el coeficiente de reservas obligatorias para los bancos podría influir en la toma de decisiones de los Bancos de Reserva de Australia y Nueva Zelanda.
La cuestión es que la economía australiana está íntimamente relacionada con la economía de China. De hecho, las economías más afectadas por una desaceleración del gigante asiático son aquellas más expuestas a la minería, como por ejemplo Australia, Brasil y Chile. Así pues, la salud de la economía de China tiene una influencia directa en una serie de mercados, de manera directa en el petróleo, oro, cobre, el dólar australiano. En el caso que nos ocupa, Australia es el principal socio comercial de China y si le van bien las cosas podría traducirse en una mayor demanda de materias primas procedentes de los exportadores australianos, pero en el caso contrario…
Si a este hecho le sumamos la depreciación del yuan, tenemos otro motivo adicional que explica la caída del dólar australiano.
En el último artículo escrito sobre el AUD, el pasado 1 de junio, les dije que la tendencia principal sigue siendo bajista y no hay razones macroeconómicas para esperar un giro o cambio de tendencia, al margen de meros repuntes o impulsos al alza de corto plazo, estando el primer objetivo de la bajada para los próximos meses en 0,7585 y el siguiente estaría ya 0,6995-0,70, sobre todo en cuanto la Fed suba los tipos de interés.
En efecto, se alcanzaron ambos objetivos.
* AUD/USD: se mantiene vigente la tendencia bajista principal y como les vengo indicando desde hace meses no debiera de cambiar aún el escenario. Por tanto, no hay razones macroeconómicas para esperar un giro o cambio de tendencia, al margen de meros repuntes o impulsos al alza de corto plazo.
Perdiendo la zona de 0,6907 la debilidad continuaría actuando. Por arriba, no habrá síntoma de cierta recuperación mientras no rompa la zona de 0,81 y con apoyo de volumen.