Autoridades de la Reserva Federal plantearon nuevas dudas el miércoles sobre la durabilidad de la recuperación de Estados Unidos, al tiempo que nuevos sondeos resaltaron los riesgos en desarrollo que genera la pandemia de coronavirus.
En apariciones separadas, los presidentes de la Fed de Atlanta, Raphael Bostic; de Boston, Eric Rosengren, y de Richmond, Thomas Barkin, apuntaron lo que Barkin caracterizó como “baches” que enfrenta la economía: firmas que agotan los libros de órdenes existentes sin reponerlos, y hogares que se enfrentan al final de beneficios por desempleo y otros apoyos.
“Las empresas como la construcción tenían carteras muy buenas y siguieron funcionando” en la primera fase de la pandemia, dijo Barkin en declaraciones por webcast a un grupo de cámaras de comercio locales en el Valle de Shenandoah, en Virginia.
Pero “los nuevos pedidos no están en línea de la misma manera. Tenemos pagos fiscales… están llegando a su fin y no está claro qué los va a reemplazar”. Los reforzados beneficios de desempleo, que han demostrado ser clave para reemplazar los ingresos para gastar en medio de un récord de desempleo, vencen este mes.
De cara a ese “precipicio fiscal”, la economía también está lidiando con un aumento de casos de COVID-19 a niveles récord.
No todos los funcionarios de la Fed tenían una visión tan sombría. El jefe de la Fed de St. Louis, James Bullard, dijo en CNBC que sentía que las mascarillas se volverán “ubicuas” para dominar la pandemia, y que muchos trabajos perdidos se recuperarán para fin de año. Pero Bullard puede ser el más atípico entre sus colegas en el banco central.
“Desafortunadamente, espero que la economía se mantenga más débil de lo que muchos esperaban durante el verano y el otoño (boreal)”, afirmó Rosengren en una entrevista con Reuters.
Bostic, en tanto, le dijo al Rotary Club de Columbus, Georgia, que le preocupaba no tanto que los estados de su región sureña hubieran intentado reabrir demasiado rápido, sino sin la debida atención sobre cómo gestionar las actividades más riesgosas.
Los casos ahora están aumentando en lugares como Florida, y los datos sobre pequeñas empresas, por ejemplo, “están sugiriendo que la energía de la reapertura de negocios y de la actividad general está comenzando a estabilizarse”, aseguró Bostic.
Los comentarios de las autoridades de la Fed, que sugieren que el repunte aparentemente rápido en los empleos, las ventas minoristas y algunas otras medidas de actividad en mayo y junio podrían no persistir, se reforzaron en dos encuestas de negocios publicadas el miércoles.
En el último sondeo trimestral de más de 500 empresas, realizada conjuntamente por la Fed de Atlanta y Richmond y la Universidad de Duke, los jefes de finanzas en promedio dijeron que estaban preocupados por la continua débil demanda de sus productos y esperaban que la recuperación del empleo se estancara por el resto del año.
Mientras, un índice de confianza trimestral publicado por la Conferencia de Supervisores de Bancos Estatales mostró que los banqueros comunitarios seguían profundamente pesimistas. La lectura más reciente fue de 90, casi sin cambios desde la última encuesta y muy por debajo de la lectura “neutral” de 100. La cifra fue de 122 el otoño boreal pasado.