Buena noticia: Con su retorno al modo hawkish o `halcón´ (una postura restrictiva en la que ve viable mantener elevadas las tasas de interés), el Banco de México (Banxico) cumple por el momento su principal razón de ser: velar por el poder adquisitivo del peso. No obstante, esa postura podría cambiar tan pronto como el próximo mes.
Pero vayámonos por partes:
La Junta de Gobierno del Instituto Central dio a conocer la semana pasada que, “con la presencia de todos sus miembros, decidió por unanimidad” mantener en el 11 por ciento la tasa de interés de referencia. Esto, luego que en marzo se precipitara a recortarla en 25 puntos base desde el 11.25 por ciento.
Se trata de un buen tono de discurso tendente a controlar el alza de precios, es decir, la inflación. Pero el asunto es aún más positivo porque entre líneas, Banxico deja ver que no descarta ajustar los tipos de interés según los datos lo exijan.
“El banco central –asegura– reafirma su compromiso con su mandato prioritario y la necesidad de perseverar en sus esfuerzos por consolidar un entorno de inflación baja y estable”.
Desde luego que una subida de tasas no es el escenario principal, como sí lo que podría haber ajustes a la baja en los tipos de interés si la inflación subyacente mantiene una tendencia descendente como hasta ahora.
Como se lee en el reporte, “la inflación subyacente, que refleja de mejor manera la tendencia de la inflación, siguió disminuyendo al pasar de 4.64 a 4.37 por ciento” entre febrero y abril.
La constante baja de la inflación subyacente es precisamente lo que motiva la visión de algunos analistas, que prevén que la tasa de interés cierre el año alrededor o por debajo del 10 por ciento.
En Top Money Report creemos que por mucho que la inflación subyacente tienda a la baja si la no subyacente sigue al alza, la postura hawkish del Banco de México hace difícil pensar en una tasa de interés inferior al 10 por ciento hacia finales de 2024.
Como quiera, parece inevitable al menos uno o dos recortes más de 25 puntos base este año, lo que sigue siendo bastante moderado.
El efecto colateral
Después de todo, Banxico no está hoy para satisfacer expectativas o pronósticos de inversores, sino determinado a tomar decisiones con base en los datos duros que se vayan presentando.
“Las acciones que se implementen –afirma– serán tales que la tasa de referencia sea congruente, en todo momento, con la trayectoria requerida para propiciar la convergencia ordenada y sostenida de la inflación general a la meta del 3 por ciento”.
Si estamos en lo correcto y Banxico sólo recorta una dos veces más en 25 puntos base las tasas, la decisión del banco central tendría un efecto colateral positivo a favor de la divisa mexicana, que podría seguir apreciándose y mantenerse por debajo de los 17 pesos por dólar, hacia los 16.50 e incluso las 16 unidades en algún momento.
Eso sí, insistimos en que si esto cambia, vaya, si la inflación se dispara al alza impulsada por el componente no subyacente, el escenario posible para contenerla es que la tasa de interés se mantenga en el 11 por ciento o incluso que suba aún más.
No es nuestro pronóstico principal, insisto, pero si se da cuenta, esto también propiciaría que el peso continúe apreciado por el diferencial de tasas respecto a Estados Unidos, que se mantendría o ampliaría.
La conclusión de todo esto es que el “superpeso” pensamos que va para largo rato, y que seguirá siendo un dique que evita que la inflación se nos dispare.
Un ganar-ganar para los inversores mexicanos, que deberán seguir aprovechando la alta valuación del peso para hacerse de tantos activos que cotizan en dólares, como les sea posible: oro, dólar, plata, bitcoin, entre otros.