En México hay una muy notoria “escasez” de monedas de oro y plata, propiciada ni más ni menos que por el banco central. Una fuente de la banca me ha confirmado que Banco de México (Banxico) tiene más de 15 meses sin abastecerlos de centenarios de oro y de onzas de plata Libertad, que son las monedas de metal fino más conocidas entre el público mexicano para fines de ahorro.
Banxico – explica la fuente- argumenta que, ante el confinamiento por la pandemia, no han podido regularizar sus procesos de producción, revisión y entregas de dichas monedas de inversión. Lamentable que eso ocurra en una institución tan importante y respetada como el instituto central.
El problema además es que ya se han agotado las reservas que los bancos comerciales tenían para la venta a sus clientes, y ahora sólo cuentan con existencias cuando recompran del público. Basta con que usted se presente a cualquier sucursal y solicite comprar estas piezas de metales preciosos para constatar que no hay disponibilidad prácticamente en ninguna parte del país.
La presión por parte de la banca hacia Banxico se ha incrementado, y en un comunicado – agrega la fuente-, se habrían comprometido a regularizar el abasto de estas monedas en el segundo trimestre de 2021, que ya empezó. Lo veremos.
Como quiera, lo más preocupante del caso es que justo cuando las presiones inflacionarias en México van al alza – con una tasa anual de 4.67 por ciento en marzo-, y los rendimientos reales de los cetes se encuentran en territorio negativo, Banxico está fallando en proveer al público de activos refugio que preserven el poder adquisitivo de sus ahorros. Mal por ellos.
Es urgente e indispensable que nuestra máxima autoridad monetaria regularice el abasto nacional de monedas de las familias centenario y Libertad por el bien de los ahorradores.
El oro físico en primer lugar, y la plata en segundo, constituyen los dos pilares más importantes que dan soporte de solidez y estabilidad a cualquier cartera de inversión financiera.
Sí, es cierto que se puede obtener exposición al precio de ambos metales por otros medios, como los fondos cotizados – conocidos como ETFs (por sus siglas en inglés)-. No obstante, de ninguna manera dichos fondos proporcionan la misma seguridad, autonomía financiera y protección que el metal físico, y eso, sin contar que para acceder a ellos, se requiere tener un “broker”, un monto de inversión mínima y cumplir con los requisitos para abrir una cuenta.
Es mucho más fácil y práctico para la gran mayoría de inversionistas acudir con su proveedor de confianza y simplemente adquirir monedas de metal fino, cuyos sólidos fundamentos de demanda, apuntalan una sólida escalada de precios en el mediano y largo plazos.
Con un nivel histórico de estímulos de gasto, deuda y crédito, así como de tasas de interés deprimidas por los bancos centrales del mundo e inflación al alza, tener oro y plata es más necesario que nunca.
No olvidemos, además, que México es el principal productor mundial de plata y uno de los más importantes de oro, y eso, es algo de lo que no podemos darnos el lujo de desaprovechar.