El Banco Central Europeo se dispone a anunciar el jueves su segundo paquete de estímulos económicos en tres meses, presionado por el temor de que se perpetúe una inflación ultrabaja debido al bajo costo de la energía que afecta a los salarios y los precios.
Se espera que el banco central de la zona euro baje sus tasas de interés aún más en territorio negativo y que ajuste su programa de compra de activos de 1,5 billones de euros.
De la reunión también se espera que el BCE incluso considere medidas para apuntalar los márgenes de beneficio de la banca, con la esperanza de impulsar los precios, después de que la inflación volviera en febrero a territorio negativo.
El BCE no ha logrado un gran impacto con los 700.000 millones de euros que gastó en el último año en la compra de bonos estatales y otros activos, ya que el desplome de los precios de las materias primas ha mitigado su programa de expansión cuantitativa.
Esto hace que aumente el riesgo de que la gente pierda la fe en el compromiso del banco con su mandato. La inflación se ha situado por debajo del objetivo del BCE de casi un 2 por ciento durante tres años y es probable que lo siga estando durante muchos más.
El presidente del BCE, Mario Draghi, ya anunció que actuar demasiado pronto es mejor que actuar demasiado tarde y que en la reunión sobre tasas se debe reconocer que se ha deteriorado la perspectiva de crecimiento y de inflación.
Teniendo en cuenta que la estrategia monetaria actual ya está fuera de la ortodoxia en las políticas del BCE, a la institución le quedan pocas armas de peso y la mayoría de las opciones que quedan enfrentan el peligro de efectos colaterales negativos o posibles desafíos jurídicos, lo que sugiere que el Consejo de Gobierno optará por un paquete de medidas moderadas.
Los analistas consultados por Reuters esperan que el BCE reduzca su tasa de depósito hasta el -0,4 por ciento desde el -0,3 por ciento, cobrando más a los bancos por guardar su dinero en las arcas de la institución. También pronostican que hay una probabilidad del 60 por ciento de que el BCE aumente sus compras de activos mensuales en 10.000 millones de euros, hasta los 70.000 millones de euros al mes.
Asimismo, podría elevar sus previsiones a futuro, abandonar un límite autoimpuesto que le impedía comprar activos con un rendimiento inferior a su tasa de depósito y poner en marcha una nueva operación de refinanciación a más largo plazo, posiblemente con tasas negativas, con el fin de ayudar a impulsar el crédito, el crecimiento y, finalmente, la inflación.
El BCE también podría dar a conocer medidas para apuntalar los márgenes bancarios después de que dos miembros del consejo dijeran que observarían lo que se ha hecho en otros países, incluidos dos que han introducido tasas de interés a varios niveles para proteger parcialmente a la banca de los tipos negativos.