La UE y Reino Unido han vuelto en las últimas horas a la mesa de negociaciones para evitar un Brexit ‘duro’. El primer ministro británico, Boris Johnson, ha mantenido conversaciones este domingo con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen y ambos mandatarios han vuelto a intercambiar impresiones este lunes, pese a que, según indica ‘Bloomberg’, ambos los dos bloques ven el miércoles como el día ‘D’ del Brexit en el que el acuerdo será publicado. Tras esta conversación, Von der Leyen ha dicho que “sigue habiendo diferencias en cuestiones críticas”.
Von der Leyen y Johnson acordaron este lunes durante una conversación telefónica reunirse de forma presencial en Bruselas “en los próximos días” para abordar la negociación sobre la relación comercial entre ambas partes tras el Brexit.
“Pedimos a nuestros negociadores jefes y sus equipos preparar una visión de conjunto de las diferencias restantes para debatirlas en un encuentro físico en Bruselas en los próximos días”, afirmaron ambos en un comunicado conjunto tras la llamada telefónica.
Este domingo, Johnson y Von der Leyen sugirieron que un Brexit ‘blando’ no será posible hasta que se llegue a un acuerdo en tres frentes: pesca, competencia leal y una forma pactada de resolver disputas en el futuro. “Es la última oportunidad”, ha reconocido una fuente cercana al asunto a la CNBC. Otra fuente alerta de que ambas partes se encuentran ya “al filo de la navaja”.
Desde que Reino Unido dejara la UE el 31 de enero, las negociaciones entre ambos bloques para alcanzar un acuerdo ordenado antes del 31 de diciembre se han sucedido hasta el momento sin éxito. David Frost, negociador jefe de los británicos, ha asegurado a la prensa este domingo al llegar a Bruselas que están trabajando muy duro para llegar a un entendimiento.
Los expertos avisan de que, un Brexit ‘duro’, puede suponer la puntilla para economías como la británica, que se verán impactadas negativamente en el largo plazo. Esta semana empieza precisamente el calendario de vacunación contra el Covid en Reino Unido, que el resto de países y, especialmente la comunidad sanitaria mundial, mirará con atención.