La moneda mexicana tuvo una semana muy negativa, por momentos depreciándose cerca de un peso a niveles alrededor de $17.70 spot. Después del anuncio de la reducción gradual de las coberturas cambiarias por parte de Banxico, la moneda ha experimentado un rally ante la debilidad económica en Europa, señales cada vez más profundas de una desaceleración en China, la posibilidad de un mayor endurecimiento monetario en EUA y posibles presiones inflacionarias por los incrementos en el precio internacional del petróleo.
La gran pregunta es si esto implica ya un cambio de tendencia para la moneda mexicana después de meses continuos de apreciación. La respuesta no es trivial, pero conviene destacar que todavía es prematuro poder asegurarlo. Incluso pareciera que hay mayores posibilidades a un regreso en las próximas semanas a los $17.0 spot a que supere el psicológico de los $18.0. Ello dependerá en gran medida del reporte de inflación al consumidor en EUA correspondiente al mes de agosto y que se dará a conocer este 13 de septiembre.
A tasa anual la inflación subió en julio por primera vez en 13 meses, aunque menos de lo esperado. Se ubicó en 3.2%, dos décimas más que el mes anterior (3% en junio), rompiendo una racha de 12 meses continuos de retrocesos.
Para agosto, se espera algo similar, un nuevo rebote, ahora a 3.6% en la tasa general. Para el rubro subyacente la expectativa es que baje al 4.3%, desde el 4.7% de julio.
Los datos por si solos pueden generar confusiones a los operadores e inversionista, pensando que se trata de un rompimiento con el proceso des-inflacionario y que el relativo éxito de la política monetaria de la Fed está perdiendo efectividad.
Sin embargo, la realidad es que la tasa anual estará muy influida por los efectos de base, una peculiaridad estadística dado que la inflación tocó techo hace poco más de un año. No necesariamente implica renovadas presiones inflacionarias.
En este sentido, de nueva cuenta la reacción de los mercados financieros, en particular del peso mexicano, dependerá si los datos superan o no lo esperado por el mercado. Un reporte en línea o con inflaciones menores a lo pronosticado, provocaría renovadas apuestas de que ya concluyó el ciclo de subida de tasas de interés por parte de la Fed. Esto sería bien recibido por el peso mexicano y le podría ayudar a recortar pérdidas. Así, existen posibilidades de que previo al próximo encuentro de política monetaria del banco central estadounidense el 20 de septiembre, la cotización cambiaria se acerque al $17.0 spot.
Por el contrario, niveles por arriba de lo esperado, en específico del rubro subyacente, se uniría a las recientes cifras que han mostrado una resiliencia mayor a lo esperado de la economía norteamericana, acrecentando la posibilidad de una nueva subida de tasas de interés antes de que concluya el año o de que por lo menos los niveles máximos actuales de la tasa se mantengan sin cambios por un tiempo mayor a lo anticipado. Bajo este escenario, el peso mexicano intensificaría las pérdidas y no se descarta cotizaciones alrededor de los $17.80 en el mercado al mayoreo.