La semana pasada el Instituto de la Plata (The Silver Institute) informó que la demanda de plata de inversión creció fuertemente, a una tasa de 10% durante la primera mitad de 2020. Los inversores fluyeron sobre todo hacia fondos cotizados (ETFs), barras y monedas.
Los datos son reveladores y destacan el papel de refugio seguro que este metal precioso tiene para los inversionistas en épocas turbulentas.
El brote global de Covid-19 ha provocado la mayor crisis sanitaria y económica en un siglo, y ante este escenario, la acumulación de plata ha sido una de las principales estrategias de los inversores más avezados.
La onza troy durante el primer semestre de este año, promedió un precio de 16.65 dólares, pero conviene recordar que durante el desplome bursátil provocado por el pánico al coronavirus en marzo, los metales preciosos tuvieron una correción (baja temporal) desde la que se han recuperado. El rebote de la plata ha sido de hasta 56%, un rendimiento extraordinario en corto tiempo.
Como recordarán, en este espacio le informamos durante marzo que la plata estaba más barata que nunca en la historia, al desplomarse a una ratio de 127 onzas de plata por una de oro. En junio, dicha proporción había descendido ya a sólo 97.8, pero en definitiva la subvaluación de la plata continúa siendo extrema.
Para tener una idea de la apreciación potencial de la plata, cabe recordar que la proporción histórica durante siglos fue de 15 onzas de plata por una de oro. En 1980, cuando ambos metales preciosos culminaron uno de sus mayores mercados alcistas jamás registrados, la ratio oro/plata cayó hasta 17.
En la “mini” euforia de la plata de 2011, la ratio cayó hasta 31.60, lo que indica que a niveles actuales queda mucho potencial de apreciación para ese metal.
La presión alcista en el oro y la plata provocada por la expansión permanente y exponencial de dinero y crédito (cortesía de todos los bancos centrales del orbe), nos llevará también a un nuevo acercamiento de la razón oro/plata a mínimos históricos. No sorprendería volver a ver una razón de 15:1 o incluso tan baja como 10:1.
El atractivo de la reina de los metales comienza así poco a poco a llamar la atención de grandes casas de inversión.
En la primera mitad de 2020 los flujos minoristas e institucionales hacia ETFs de plata fueron tan elevados (196 millones de onzas), que a nivel global reportan tenencias totales de 925 millones de oz., equivalentes a aprox. 14 meses de producción minera.
Dicho flujo fue superior al récord anual previo de 196 millones de oz. en 2009, año de la Gran Recesión.
En el mismo periodo de este año, las ventas minoristas de monedas de inversión se dispararon 60% en términos anuales.
Como puede verse, el interés por la plata de inversión está ya por todas partes, y al mismo tiempo, sigue siendo pequeño en comparación con los volúmenes de capital concentrados en activos como las acciones, bonos y divisas.
En suma: la plata sigue siendo – junto con el oro-, una de las más grandes oportunidades de inversión que existen en la actualidad en el mundo financiero con una óptica de mediano y largo plazos.
La mayor y mejor parte del mercado alcista de metales preciosos aún está por delante. No se quede fuera.