Con todo el revuelo en torno a las acciones de IA y a las criptomonedas, parece que el petróleo y el gas han quedado ahora fuera del radar de muchos inversionistas. No obstante, si echamos la vista atrás un par de años todos recordaremos con gran claridad lo caras y cruciales que llegaron a ser estas materias primas durante el verano de 2022. El Brent, crudo insignia cuyo actual valor es de USD 78,12 , alcanzó máximos de USD 122,70 el barril. A su misma vez, el gas, en tanto alternativa preferida en Europa para calentar los hogares, registró también un importante encarecimiento. El gráfico de futuros del Dutch TTF Natural Gas multiplicó prácticamente por diez los niveles observados en diciembre de 2020 hasta alcanzar unos escalofriantes 290,05 € por MWh a finales de agosto de 2023, mientras que el Henry Hub conquistó picos de USD 8,81 en el mismo mes.
Lo que siguió a continuación solo puede describirse como una en apariencia incontenible caída en picado: las materias primas perdieron todas las ganancias derivadas de la pandemia durante el siguiente año y siguieron desplomándose durante el primer trimestre de 2024. El precio al contado del gas natural se sitúa ahora en USD 2,53 , pero hace solo un mes se hacía el remolón en mínimos de USD 1,60 . ¿A qué se debe entonces este repentino repunte? ¿Significa esto que el gas seguirá apreciándose en 2024? A lo largo de este artículo abordaremos cuáles son los principales motores que determinarán la trayectoria seguida por el gas natural este año y más adelante.
Todo cohete acaba tocando suelo
Todos hemos escuchado alguna vez el famoso dicho, "todo lo que sube, tiene que bajar", pero lo contrario suele también ser cierto; especialmente en el mercado de las materias primas esenciales. Es innegable que el gas natural sigue en niveles históricamente bajos, y el Henry Hub se mantiene por debajo de su promedio de 20 años incluso tras su última revalorización del 55 %. En efecto, el precio promedio entre 2001 y 2010 era de más del doble del nivel actual en dólares y, si realizamos los ajustes pertinentes para reflejar la inflación sufrida desde entonces, esto significa que el precio del gas es ahora el más bajo de su historia.
La Administración de Información Energética de Estados Unidos (EIA) prevé en su Informe STEO sobre pronósticos energéticos a medio plazo que el precio al contado promedio del gas natural Henry Hub será de USD 2,46 por millón de unidades térmicas británicas (MMBtu) en 2024, y de USD 3,24 por MMBtu in 2025. La EIA estimó en su STEO de mayo que el precio al contado del Henry Hub se situaría en un promedio de USD 2,18 por MMBtu en 2024 y de USD 3,09 MMBtu en 2025. Tras la enorme acumulación de reservas emprendida en 2022-2023, las aportaciones de gas natural en lo que va de campaña de aumento de reservas (abril-october) están por debajo del promedio de 5 años (2019-2023). Se cree de hecho que los reducidos precios han llevado a muchos productores a frenar las perforaciones y producción orientada al gas, lo que necesariamente conllevará un encarecimiento del recurso energético con el paso del tiempo.
Oferta y demanda
Aun cuando existen buenas razones para ser optimistas a corto plazo con respecto al devenir del gas, conviene también recordar que en estos momentos se está produciendo un cambio a largo plazo en la política energética internacional, lo que provocará una disminución en la demanda de los combustibles fósiles. Según el Informe de mercado a largo plazo Gas 2023 Medium-Term Market Report de la EIA, la demanda mundial de gas sigue su curso de crecimiento en un promedio del 1,6 % anual durante 2022 y 2026, por debajo del promedio del 2,5 % anual observado entre 2017 y 2021. Se estima que este descenso en la demanda será más pronunciado en los mercados maduros, categoría que hace alusión a países responsables de casi el 50 % del consumo de gas en todo el planeta.
Como resultado, el crecimiento se aglutinará en las economías ricas en gas de Oriente Medio y África, las cuales pueden cómodamente hacer frente a sus propias necesidades, así como en mercados asiáticos de rápido crecimiento. Los pronósticos apuntan que China por sí misma será responsable de cerca del 50 % del aumento total de la demanda de gas natural en todo el mundo entre 2022 y 2026, a medida que adopta un enfoque más respetuoso con el medio ambiente con el fin de alcanzar sus objetivos de producción industrial y hacer frente a las demandas del sector de la energía. China y otros consumidores regionales optarán con una certeza casi absoluta por gas más barato y cercano, el ruso, cuya oferta será aún mayor tras el cierre de los gaseoductos europeos derivado de la actual inestabilidad geopolítica. Por consiguiente, el Henry Hub estadounidense no se verá beneficiado por el incremento en la demanda, y podría verse incluso golpeado de forma indirecta por la abundancia y facilidad de transporte de su alternativa rusa.
Por último, se espera que el aumento en la capacidad del nuevo gas natural licuado (LNG) que llegará en 2025 y 2026 garantice que se siga ejerciendo una presión bajista sobre los precios, toda vez que se pretende ampliar la capacidad mundial de gas natural licuado en un 25 % entre 2022 y 2026.