Al cierre de 2018 el crédito al sector privado alcanzó un crecimiento real de 3,3%, dato significativamente menor al promedio del periodo 2014-2017 (+11,8%). Ese resultado estuvo parcialmente explicado por la incertidumbre local, generando que los hogares y empresas postergaran sus inversiones, las cuales se financian a través del sistema financiero.
Por otra parte, al descomponer en trimestres el desempeño del crédito durante 2018, se destaca que el peor crecimiento fue en el segundo y tercer trimestre, al crecer a una tasa promedio de 2,2%, para luego cerrar el último trimestre del año con una recuperación de 4,3%. Sin embargo, los datos del Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) y la confianza de los consumidores muestran que la desaceleración de la economía tomó mayor fuerza en los últimos meses del año.
En ese sentido, es importante desagrupar el crédito por moneda para entender lo que está sucediendo detrás de los datos. Primero, el crédito se puede dividir en distintos grupos, pero el más clásico es en dólares y colones. Además, la información que publica el Banco Central de Costa Rica (BCCR) sobre crédito está en colones, por lo que el componente de crédito en dólares está colonizado, esto quiere decir es que, implícitamente el tipo de cambio juega un rol dentro el cálculo de crecimiento.
De esa manera, el aporte del crédito en dólares sobre el total va a estar dividido entre la variación del tipo de cambio y lo que realmente varió el crédito. El gráfico siguiente muestra el aporte al crecimiento interanual del crédito según el efecto cambiario, lo colocado en colones y dólares. Si se elimina el efecto cambiario, en 2018 el crecimiento del crédito fue 2,5% en lugar de 3,3%, lo que afianza más la desaceleración de la actividad económica. Además, el trimestre más débil fue el último, al crecer a una tasa promedio de 2,0%, frente al 2,2% del segundo y tercer trimestre.
Lo anterior muestra que el crédito sigue sin recuperarse, pero, además, el efecto cambiario puede generar cierto ruido en los datos. Por ejemplo, en octubre (mes en que más se depreció el colón) el crédito en dólares, según lo reportado, había crecido en términos reales 6,7% interanualmente, pero 6,5 puntos provenían del efecto cambiario y el efecto puro del aumento del crédito fue tan solo 0,2 puntos porcentuales.