Recientemente, el Ministerio de Hacienda expuso que tiene la necesidad de presentar dos presupuestos extraordinarios, donde se precisa que uno será de ¢600.000 millones.
El primero corresponde a cubrir un desajuste presupuestario que permite amortizar la deuda interna, mientras que el segundo se explica por un comportamiento de los ingresos menor a lo esperado durante el primer semestre. Es importante destacar, que la Ley de Administración Pública otorga a la Contraloría General de la República la responsabilidad de la proyección de los ingresos del gobierno para el primer año, los siguientes años se encarga el Ministerio de Hacienda.
La incertidumbre en el mercado financiero y la ausencia de una reforma fiscal ha perjudicado la administración de la deuda por parte de la Tesorería Nacional. Ante eso, Hacienda no ha colocado los bonos de deuda interna que tenía presupuestado en las últimas semanas, acompañado de canjes de deuda que no han sido exitosos.
En ese sentido, las necesidades de liquidez en el corto plazo del gobierno han aumentado, tomando en cuenta que en noviembre existirán vencimientos de títulos y pagos de cupón que suman los US$800 millones (¢456.000 millones).
Por otra parte, los ingresos tributarios al primer semestre del 2018 cayeron interanualmente 1,3% en términos reales, explicado por la desaceleración de la actividad económica. Dentro del Marco Fiscal de Mediano Plazo, se toma en cuenta que los ingresos tributarios aumentarían en 9,0% en 2018 (6,5% en términos reales, utilizando nuestra proyección de inflación de 2,5%). Esa previsión a pesar de que se encuentra en línea con los supuestos macroeconómicos de la Revisión del Programa Macroeconómico de julio 2017, discrepa de la situación actual. En ese entonces, el Banco Central de Costa Rica (BCCR) proyectaba que Costa Rica crecería 4,1% en 2018 a pesar de que ya para ese momento había síntomas de desaceleración de la actividad económica.
Nuestra perspectiva
Seguimos observando las previsiones de crecimiento económico de 2018 del BCCR como optimistas (estimación BCCR en 3,2% vs Aldesa: 2,8%). Por esa razón, estimamos que los ingresos del gobierno, particularmente los tributarios, se pueden seguir golpeando.
Para el cierre del 2018 prevemos una recaudación tributaria de 12,9% del PIB, frente al 13,4% del PIB según el Marco Fiscal de Mediano Plazo. Esa situación dejaría el déficit primario (el balance primario no toma en cuenta el gasto en intereses) en 3,5% del PIB, lo cual sigue ensanchando el hueco fiscal y genera un mayor nivel de deuda que mantiene una trayectoria insostenible.
Ante ese contexto, la posibilidad de captar recursos para Hacienda puede volverse aún más complicado debido al riesgo fiscal que afecta las expectativas de los inversionistas, todo esto bajo un escenario sin reforma fiscal.