La Argentina está en un nuevo escenario en donde manda la liquidez. Los activos financieros se convirtieron en una pesada carga, si no querés perder dinero habrá que mantenerlos hasta el 2021.
La Argentina ingresó en un nuevo escenario financiero. El resultado de las elecciones será vital para el cambio de expectativas. El cepo llegó para quedarse. Un nuevo escenario en donde manda la liquidez y los activos financieros se convirtieron en una pesada carga, si no querés perder dinero habrá que mantenerlos hasta el 2021.
El escenario financiero de la Argentina aún no culminó de reacomodarse. La reestructuración de las letras en pesos y dólares dejó a un mercado con muy poca liquidez en la caja de los individuos y empresas. Esta reprogramación activó el fantasma del corralito en los plazos fijos, nada tiene que ver una cosa con la otra, pero en el inconsciente colectivo una reprogramación de Letes terminó totalizando la opinión de los individuos que interpretaron como con una reestructuración al conjunto de los ahorros, aparecen los recuerdos del año 2001, y consecuentemente la salida de depósitos de los bancos.
En el mes de agosto los depósitos en dólares bajan u$s5.500 millones, en igual mes las reservas caen u$s13.799 millones. Una mezcla de pago de bonos, cancelación de un préstamo repo, pago de Letes que no se terminaron renovando e intervención en el mercado cambiario, nos llevaron a este drenaje de divisas.
El Gobierno terminó colocando un cepo al dólar, y ahora el partido fuerte se jugará desde el 15 de septiembre en adelante. En los próximos días el Gobierno modificó la fecha de liquidación de las exportaciones, sin una información clara, el mercado se debate entre una liquidación que podrá ubicarse en torno de los u$s10.000 o u$s15.000 millones. Si esto ocurre el dólar oficial no pasará de $60 bajo esta coyuntura.
Una vez que se termine esta liquidación, veremos con qué reservas queda el Banco Central y qué pasivos monetarios tendrá a corto plazo, esto implica con qué base monetaria y stock de Leliq cuenta. A partir del 15 de septiembre, sin liquidaciones importantes por delante, el mercado juega un partido entre los dólares que entran al país y los que parten al exterior o se compran como atesoramiento.
La balanza comercial argentina debería ser muy superavitaria en el mes de septiembre, ya que un dólar tan trabado para operar, la baja actividad económica y escasa inversión deberían dar como resultado importaciones muy bajas, consecuentemente un saldo de balanza comercial muy elevado.
Por otro lado, el cepo al dólar será muy estricto y el atesoramiento de los particulares sería muy bajo, con lo cual no deberíamos tener un problema de demanda de dólares oficiales bajo esta coyuntura.
Sin embargo, desde el 15 de septiembre en adelante ingresaremos en una etapa de alto voltaje político, en este escenario es muy probable que la volatilidad diga presente y el dólar sea tapa de los diarios.
Los bonos argentinos han bajado notoriamente, hay una partida de inversores institucionales de largo plazo altamente calificados, y la llegada de bonos piratas, buitres o como lo quieres llamar, que compran bonos a paridades inferiores al 50% y buscarán grandes ganancias si el país se estabiliza. Si en dicho ínterin de tiempo opera una reestructuración de deuda, buscan litigar o presionar vía judicial para cobrar antes que nadie sus acreencias. La historia se repite.
En cuanto a las acciones, el cepo pone bajo riesgo la calificación de mercado emergente, podríamos bajar a mercado de frontera o quedar en un limbo entre estas dos categorías. Por las dudas inversores institucionales se retiran, y los precios de las acciones quedan a precios regalados, pero sin probable suba de cotización a la vista.
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