En la actual campaña presidencial en Estados Unidos ha sido palpable el descontento de una parte del electorado, donde los discursos del demócrata Bernie Sanders y el republicano Donald Trump han sido bien recibidos. “Hagamos a América grande de nuevo”, dice el slogan principal de Trump, mientras que Bernie Sanders le reclamó a Clinton la pérdida de 800 mil empleos por haber apoyado el NAFTA (tratado de libre comercio entre países de Norteamérica). Pero, ¿qué tan cierto es este panorama que muestran los aspirantes a la presidencia?
Datos recientes revelan que la creación de empleo en ese país se mantiene fuerte y pudo incluso afrontar la volatilidad que experimentaron los mercados accionarios en las primeras semanas de este 2016. Solo en marzo se crearon unas 215 mil plazas y el desempleo subió (por un reingreso de personas a la población activa) al 5%, pero aún un número no visto desde los meses previos a la crisis de 2008. Desde 2010 se han creado unos 14 millones de empleos, casi el doble de los creados en la expansión económica anterior.
El gran tema parece ser el lento crecimiento de los salarios, en marzo el pago por hora promedio subió un 2,3% en términos anuales, lejos del 3,5% que crecía antes de la crisis; no obstante, esto no parece ser culpa de un mercado laboral débil o de decisiones políticas. Factores como avances tecnológicos, el retito de “baby boomers” con altos ingresos y el reingreso de trabajadores de salarios bajos que fueron despedidos en la Gran Recesión son las causas, como señala una investigación de la Reserva Federal de San Francisco.
Dicha premisa es consistente con las bajas tasas de desempleo de la población con algún título universitario (2,6%), lo que contrasta con el desempleo del 7,4% entre la población sin educación secundaria.
Es importante señalar que la tasa de desempleo y la creación de empleo son calculadas por encuestas diferentes, y aunque ambas presentan una tendencia positiva, la encuesta a casas, con la que se contabiliza el desempleo, muestra un comportamiento aún mejor, con una creación mensual promedio de 464 mil plazas durante los primeros tres meses del año.
En virtud de lo anterior, se pueden derivar dos conclusiones. En primer lugar, que los discursos de los dos candidatos mencionados están teniendo mayor aceptación sobre un sector de la población que aún no ve los beneficios de la expansión económica y que, como encontró la investigación de la Reserva de San Francisco, poco podrán hacer para mejorar la situación en caso de ser elegidos, ya que el descontento obedece en gran parte a factores fundamentales y difíciles de revertir.