Wall Street cede posiciones, y el dólar se debilita en el mercado FOREX ante el resto de las cotizadas.
Con los tipos de interés en el 0%, los grifos de liquidez abiertos al máximo y los programas de compras cuantitativas de activos sin fecha de caducidad, la Reserva Federal de EEUU tiene que rebuscar en su caja de herramientas para encontrar otro instrumento que apoye la economía, el empleo y la consecución del objetivo de inflación.
En las últimas semanas está ganando fuerza lo que se conoce como el control de la curva de tipos, que no es ni más ni menos que establecer un objetivo para los tipos de interés a más largo plazo (normalmente poniendo el foco en el bono a 10 años).
De esta forma se pretende que la financiación y el crédito para empresas y familias sea más atractivo por muy larga que sea su duración (hipotecas, bonos corporativos a varios años…). El control de la curva de tipos puede ser una buena opción para una Fed que parece descartar los tipos de interés negativos como herramienta efectiva en EEUU. Así, en la que está siendo la recesión más aguda desde la Segunda Guerra Mundial, la Fed podría recuperar esta herramienta que usó entonces para facilitar la financiación del conflicto bélico.
¿Como es la curva?
En los últimos años, la Fed y otros bancos centrales han dirigido los tipos de interés a muy corto plazo estableciendo, por ejemplo, el precio (interés) que reciben los bancos por sus reservas (liquidez), por el uso de la ventanilla de emergencia o de las principales operaciones monetarias. Con estas decisiones del banco central se mueven los tipos de interés de corto plazo del resto del mercado (euríbor, por ejemplo), que a su vez tienen cierta influencia indirecta en los tipos a más largo plazo. Sin embargo, con el control de la curva de tipos o de rendimientos, la Fed apuntaría directamente hacia la parte más larga de la curva, es decir, a los bonos con vencimiento a mayor plazo y se comprometería a comprar suficientes bonos con vencimientos tardíos para mantener sus rendimientos en una horquilla determinada o evitar que superen cierto nivel. Esta sería una herramienta que la Fed podría usar para estimular la economía si considera que las políticas usadas hasta la fecha no son suficiente.
De este modo, el banco central se compromete a comprar cualquier cantidad de bonos al precio objetivo. “Una vez que los mercados de bonos internalizan el compromiso del banco central, el precio objetivo se convierte en el precio de mercado: ¿quién estaría dispuesto a vender el bono a un inversor privado por menos de lo que podría obtener vendiéndolo a la Fed?”, se preguntan David Wessel y Sage (LON:SGE) Belz, miembros de Brookings Economics en una nota publicada por el instituto. Estos tipos de interés a largo plazo más bajos se trasladarían al resto de la deuda, facilitando la financiación de las empresas, reduciendo el coste de las hipotecas y de otros préstamos a largo plazo, lo que reduciría la carga financiera de hogares y firmas.