Las noticias sobre ataques, sustracción de activos y el repudio de inversionistas, funcionarios y empresarios sobre las criptomonedas ha aumentado la presión para una regulación estricta sobre éstas. Ya hay esfuerzos en varios países en este asunto, pero aún no existe el consenso sobre hasta dónde tiene que llegar el control sobre estos activos virtuales sin que dejen ser atractivos para los inversionistas.
Existe la opción de la autorregulación, como es el caso de la Bolsa de Moneda Virtual de Japón, una organización nacida de dos ya existentes, que ha establecido sus propias directrices para operar con criptodivisas, como la prohibición de operaciones con información privilegiada y el intercambio de activos desde el anonimato.
Por otro lado, en Corea del Sur, donde se han reportado robos de Bitcoin en dos casas de cambio virtuales y que dejaron pérdidas de cientos de millones de dólares, el gobierno ha decidido intervenir directamente para encontrar las causas de los incidentes. La unidad de inteligencia financiera de aquel país ya agregó a las criptomonedas dentro de sus competencias, según información de Cryptoslate.
Como vemos, cada país está tomando su propio ritmo en regulación, inclusive algunos no tienen prisa por hacerlo, como Ucrania. Lo que es evidente es que la notoriedad del Bitcoin y otras criptos incrementa la regulación, pero eso no es necesariamente una mala noticia. Así lo cree Sasha Ivanov, CEO de Waves Platform, citado por Investing.com:
“El criptomercado es cada vez más maduro, y va tomando forma a través de la regulación y la presencia cada vez más definida de los inversores institucionales a gran escala. Esta evolución es necesaria para que la industria obtenga toda su fuerza. Así que creo que se pueden aplicar las mismas reglas de oro para los inversores de los mercados tradicionales que para invertir en activos digitales: establecer objetivos, estimar riesgos y beneficios y estar muy pendiente de lo que sucede en el mercado”.
En opinión de Hugo Salinas Price, las criptomonedas tienen en común con las divisas actuales que ya no están respaldadas en un activo físico. Pero alguien tuvo la idea de que estos conjuntos de dígitos almacenados en una computadora fueran dinero. Eso atrajo a muchas personas que quieren hacer dinero fácil pero, en opinión del empresario, muchas de esas personas se llevarán una gran decepción.