Al pensar en cuál es el peor de todos los problemas económicos las personas tendemos a responder rápidamente que es el desempleo.
Sin embargo, si analizamos el comportamiento cuando no hay trabajo, versus cuando los precios suben rápidamente, nos daremos cuenta que cuando una economía sufre de alto desempleo la gente se auto emplea: fabrica cosas para vender, hace comidas, etc.
Sin embargo, cuando los precios suben rápidamente no hay nada que hacer, más que ajustar el presupuesto. Es por eso que históricamente a nivel global hay un mayor número de manifestaciones relacionadas al alza acelerada en precios en comparación al alto desempleo. Por supuesto el desempleo es un grave problema económico, pero la alta inflación parece ser peor pues a la larga genera distorsiones en la economía y puede conducir a incrementos en el desempleo.
México actualmente tiene una tasa de inflación cercana al 5%, la cual está fuera del objetivo del Banxico. El nivel de inflación aún es controlable pero desafortunadamente depende en parte del tipo de cambio, el cual en el último mes observó una depreciación acelerada al subir la cotización prácticamente 2 pesos desde el nivel de 18.50 pesos de inicios de octubre hasta el nivel de 20.57 pesos por dólar alcanzado en noviembre.
El Banco de México mediante la política monetaria es el encargado de mantener el poder adquisitivo de la moneda, bajo un esquema de baja inflación (en un objetivo de 3%, con más, menos un por ciento de error).
Las herramientas de política monetaria de acuerdo a la teoría económica son: las operaciones de mercado abierto (compra y venta de valores gubernamentales), tasa de encaje legal y la tasa de descuento. Esta última, la tasa de interés, es la que se utiliza en la práctica para mantener la inflación dentro del rango que se considera adecuado.
Para la política monetaria es relevante que la inflación esté dentro del objetivo siempre, no sólo al cierre del año, y que además en el largo plazo no se aleje del objetivo o bien que converja hacia él.
Con la inflación actual y las depreciaciones del peso muy probablemente la inflación esperada en el largo plazo se vea afectada, razón por la cual el Banxico subió la tasa y uno de los miembros de la junta de gobierno votó inclusive por subirla 50 puntos base.
Obviamente hay repercusiones sobre la economía. La mayor tasa de interés implica un mayor costo del dinero en el tiempo, con lo cual el costo de los créditos (hipotecarios, automotrices, empresariales, etc) y de las coberturas (cambiarias y tasas de interés) suben también. El valor de los activos como acciones y bonos, también baja, pues su valor se calcula de los flujos de efectivo esperados a recibir en el futuro, traídos al presente considerando la tasa de interés de mercado.
Además, el alza en la tasa desincentiva al consumo y a la inversión, siendo la inversión la parte más afectada en México, pues de acuerdo a investigaciones recientes, el consumo se tarda alrededor de 18 meses en reaccionar.
Con una tasa de 8% y con la probabilidad de que siga subiendo es probable que los pronósticos de crecimiento para el 2019 sean revisados a la baja.