En el primer semestre del año, el peso mexicano mostró una apreciación 2.04% o 41.8 centavos, cotizando alrededor de 20.11 pesos por dólar, con el tipo de cambio tocando un máximo de 21.4676 el 8 de marzo y un mínimo de 19.4136 pesos el 30 de mayo. Durante el semestre, el tipo de cambio mostró una volatilidad de 10.36%, subiendo desde 9.55% en el semestre inmediato anterior.
En la canasta amplia de principales cruces, solo cuatro divisas muestran una apreciación frente al dólar en la primera mitad del año, el rublo ruso con 27.60%, el real brasileño con 6.05%, el sol peruano con 4.34% y el peso mexicano con 2.04%. La apreciación del rublo ruso se debe a la implementación de controles de capitales tras el comienzo de la guerra en Ucrania a finales de febrero. Por su parte, el real brasileño y el sol peruano se han apreciado a la par de un fortalecimiento de los precios de las materias primas en la primera mitad del año, lo que ha favorecido las exportaciones de países productores de commodities. Entre las divisas menos depreciadas, se destacan el dólar de Hong Kong con 0.63%, el dólar canadiense con 1.88%, el rand sudafricano con 2.10% y el peso colombiano con 2.13%, que en su mayoría son también divisas de países productores de materias primas.
El peso mexicano se apreció en la primera mitad del año por tres factores:
1. Al ser la segunda divisa de economía emergente más líquida a nivel global y que además opera las 24 horas del día, el peso es usado para especular sobre el desempeño de otras divisas de economías emergentes y latinoamericanas. Por lo anterior, el peso mexicano se ha apreciado a la par de otras divisas de países productores de materias primas, a pesar de que las exportaciones mexicanas son principalmente manufacturas.
2. Durante la primera mitad del año el peso se ha beneficiado del crecimiento de las exportaciones y las remesas. De acuerdo con series originales, en los primeros cinco meses del año las exportaciones muestran un crecimiento de 18.47% con respecto al mismo periodo del 2021, crecimiento explicado en un 82.58% por las exportaciones no petroleras. Las remesas también siguen creciendo. Con datos al mes de abril, el flujo de remesas en los últimos 12 meses se ubicó en 54,162.04 millones de dólares, nuevo máximo histórico y acumulando 24 meses consecutivos de crecimiento.
3. El Banco de México ha subido la tasa de interés avanzando gradualmente hacia una postura monetaria restrictiva, acumulando en el año un incremento 225 puntos base hasta 7.75%. Debido a que la inflación ha sido persistente, en el anuncio de política monetaria del 23 de junio, la Junta de Gobierno subió la tasa en 75 puntos base, siendo el mayor incremento en un solo anuncio desde 2008, cuando se estableció la tasa de interés como objetivo operacional de la política monetaria. La Junta de Gobierno también ha ajustado su lenguaje y ha enviado la señal de que seguirá subiendo su tasa de interés durante los próximos meses, por lo que la tasa de interés hacia el cierre del año podrá ubicarse cerca del 10%.
Durante el segundo trimestre, el peso se depreció 1.21% o 24.1 centavos, con el tipo de cambio tocando un mínimo de 19.4136 el 30 de mayo y un máximo de 20.7014 pesos por dólar el 16 de junio.
La depreciación del peso en el tercer trimestre se concentró en junio, con el peso mostrando una depreciación de 2.31% o 45.4 centavos. La depreciación del peso en junio fue consecuencia de un fortalecimiento del dólar estadounidense de 2.68% durante el periodo, luego de que la Reserva Federal envió la señal de que adoptarán una postura monetaria restrictiva a un ritmo más acelerado. El 15 de junio, la Fed subió su tasa de interés en 75 puntos base a un rango entre 1.50 y 1.75%, siendo el incremento más agresivo desde noviembre de 1994. Asimismo, el presidente de la Fed, Jerome Powell, ha reiterado que es prioritario lograr control sobre la inflación y un regreso hacia el objetivo del 2%, a pesar de que esto pueda ocasionar una desaceleración de la actividad económica, e inclusive ha reconocido el riesgo de que una postura monetaria restrictiva puede llevar a una recesión en Estados Unidos.
Durante el tercer trimestre, el probable que el tipo de cambio siga respetando niveles mínimos entre 19.40 y 19.60 pesos por dólar, debido a que sigue habiendo factores que ocasionan episodios de aversión al riesgo en los mercados financieros globales, principalmente las señales de desaceleración económica global y el riesgo de una recesión económica en Estados Unidos, por lo que una apreciación por debajo de esos niveles es improbable. Por otro lado, el tipo de cambio podría mostrar presiones al alza hacia niveles de 20.80 y 21.40 pesos por dólar, en caso de que la Reserva Federal adopte un lenguaje más agresivo de lo hecho hasta ahora o de que se observe un incremento de la aversión al riesgo. Un riesgo clave será la publicación del crecimiento económico de Estados Unidos durante el segundo trimestre que se publicará el 28 de julio, en donde existe la posibilidad de una contracción trimestral por segundo trimestre consecutivo. Si bien dos caídas trimestrales consecutivas del PIB no son la definición oficial de recesión, de ocurrir este evento los mercados podrían interpretarlo de esa forma.
Durante el primer semestre, el euro tocó un máximo de 1.1495 el 10 de febrero y un mínimo de 1.0350 dólares por euro el 15 de mayo. Por su parte, el euro peso tocó un máximo de 23.7825 el 4 de febrero y un mínimo de 20.8064 pesos por euro el 10 de junio.
Al cierre, las cotizaciones interbancarias a la venta se ubicaron en 20.1111 pesos por dólar, 1.2171 dólares por libra y en 1.0481 dólares por euro.