Se acercan las elecciones presidenciales en EE.UU. y la mayoría de encuestas muestran una victoria de Hillary Clinton, candidata por el Partido Demócrata, sobre Donald Trump, candidato Republicano. Sin embargo, en otras está Trump como ganador. Incluso hay algunas en las que los dos candidatos están empatados.
Esto solo demuestra la poca capacidad de predicción que vienen mostrando últimamente las encuestas. Por esta razón la opinión pública estadounidense se encuentra ante un panorama actual en el que reina la incertidumbre.
Solo a modo de ejemplo, si tomamos como parámetro la cotización del peso mexicano respecto del dólar, que venía oficiando de termómetro de las posibilidades de Trump de ganar (moviéndose en sentido contrario a la intención de voto de este candidato) podemos ver en los últimos días una fuerte devaluación de la moneda mexicana (ha registrado una caída del 4,26% entre el 25/10 y el 3/11), lo que podría interpretarse como un aumento en las “chances” del candidato republicano de ganar la contienda.
Ahora bien, ¿cuál viene siendo el comportamiento de la bolsa en EEUU? ¿qué podemos esperar para el futuro?
Históricamente, existe el “mito” en Wall Street de que los candidatos Republicanos tienden a ser más “pro-mercado” que los demócratas, y que existiría una consiguiente tendencia del mercado a preferir a aquéllos por sobre éstos últimos.
Sin embargo, en el caso de las actuales elecciones presidenciales la opinión generalizada es que la bolsa percibe una victoria de Hillary Clinton como una continuación de la política de Obama, mientras que existe una gran incertidumbre en caso de ganar Trump. En otras palabras, si gana Hillary, seguiría todo “más o menos igual” pero si gana Trump el panorama es incierto. En este último caso, si gana el candidato republicano sería esperable un aumento de la volatilidad, y es por esta razón que el mercado parece preferir a Clinton por sobre éste. Esta tendencia ha podido observarse en la bolsa, ya que Wall Street ha venido respondiendo positivamente ante los avances de Clinton y de manera negativa al aumento de intención de voto de Trump.
Para tener una imagen un poco más clara, veamos qué ha sucedido con el mercado en las últimas 6 elecciones a presidentes en los EEUU.
Respecto del cuadro, la primera conclusión que puede advertirse es que en general (por lo menos en los últimos 25 años), no se observa una preferencia de Wall Street por uno u otro partido. Más bien podríamos decir que las preferencias del mercado terminaron siendo más personalistas que partidistas.
Otro dato de importancia es que la tendencia que muestra la bolsa en los dos días siguientes a la elección tiende a fortalecerse en los días siguientes.
Esto se observa de manera más que clara en las elecciones de 1996, 2000, 2004 y 2008. Respecto de las otras dos, vale la pena hacer los siguientes comentarios:
Si vemos las elecciones de 2012, el S&P tuvo una caída de -3,56% en los dos días siguientes a la elección, llegando al pico de pérdidas el 15/11/12, con una pérdida acumulada de -5,25% y luego comenzó una recuperación, por lo que la caída mensual terminó siendo más baja que la inicial.
En las elecciones de 1992 la bolsa registró una baja de -0,67% el día siguiente a las elecciones, pero al otro día registró una suba de 0,29% (el -0,38% es el acumulado de los dos días) y luego continuó de manera lenta pero casi constante su tendencia alcista el resto del mes.
¿Qué reacciones pueden esperarse en Wall Street en caso de ganar uno u otro candidato?
En un contexto de gran incertidumbre, lo que pudiera esperarse es un alza en la bolsa si gana Hillary Clinton y una baja en caso de ganar Trump, con un aumento en la volatilidad, por las razones mencionadas antes.
¿Qué estrategias de inversión puede realizarse?
Primero, aclaremos que las siguientes son estrategias más de especulación que de inversión, y a muy corto plazo.
Así, y de acuerdo con lo ya dicho, una estrategia puede ser observar la tendencia de los dos días siguientes y apostar a la confirmación de la misma en los días siguientes.
Personalmente, a mi modo de ver hay otra estrategia que en estos casos puede ser muy útil: la llamada “Straddle”, que consiste en comprar opciones de compra conjuntamente con opciones de venta sobre un mismo activo y con un mismo precio de ejercicio.
El siguiente gráfico muestra las posiciones tomadas y los posibles resultados de la estrategia.
Para que se entienda: en este caso vamos a tener ganancias si hay cambios grandes en el precio del activo, tanto al alza como a la baja. Es decir, estamos apostando a que, ante un evento que en este caso son las elecciones presidenciales, el precio del activo va a subir o bajar mucho (dependiendo del resultado).
Nótese que esta estrategia es un poco compleja por lo que aconsejo realizarla con el asesoramiento financiero adecuado, si no se tienen muchos conocimientos y experiencia en trading.
Ahora, a mi modo de ver, realizar esta estrategia contra la bolsa de EEUU puede resultar bastante arriesgado, ya que no es del todo claro que vaya a haber una fuerte subida si gana Hillary o una fuerte caída si gana Trump.
No obstante, donde recomendaría realizar esta estrategia es en el mercado mexicano, ya sea apostando contra la divisa de este país y/o contra la bolsa mexicana. El razonamiento es simple. Mientras que en EEUU reina la incertidumbre y es difícil realizar un pronóstico certero sobre el impacto que tendrá la bolsa luego de las elecciones del martes, en México el panorama es completamente distinto.
Básicamente, el destino de las relaciones comerciales de México con EEUU en caso de ganar uno u otro candidato están a la vista (basta recordar la intención de Trump de construir un muro entre estos dos países si gana). Si sumamos a esto la alta dependencia de la economía mexicana de su vecino del norte, es razonable suponer que el resultado de las elecciones tendrá efectos mucho más fuertes en este mercado. Por ende, una victoria de Clinton debería suponer una fuerte alza de la bolsa mexicana (y una apreciación del peso mexicano) y la de Trump un fuerte derrumbe de esta (con una devaluación de la divisa).