No es un ambiente fácil para los jubilados en este momento. Muchas empresas de la vieja economía, que solían ser generadoras fiables de ingresos fijos, lo han pasado mal durante la pandemia. Además, los tipos de interés de los regímenes de ingresos garantizados no ofrecen prácticamente nada, dejando muy poco margen para que las carteras generen flujos de efectivo.
Aunque el mercado de valores se ha recuperado de su caída en marzo del año pasado, los dividendos siguen deprimidos pues las empresas conservan efectivo para hacer frente a la incertidumbre económica. Según datos de Janus Henderson, los dividendos globales cayeron bruscamente en 2020 debido a la pandemia del coronavirus, con una disminución del 12,2% del importe de los pagos a los inversores, hasta 1,26 billones de dólares.
Incluso con este panorama sombrío, los dividendos siguen siendo una parte integral de cualquier cartera de jubilación. Con la intensificación de los despliegues de vacunas y la posibilidad de una reactivación completa de la economía, este es un buen momento para examinar algunas gangas en el espectro de dividendos para consolidar los rendimientos más altos. Hoy, nos centramos en las dos mejores compañías de pago de dividendos de Estados Unidos para ver si sus pagos son seguros. Echemos un vistazo más de cerca.
Exxon Mobil (NYSE:XOM)
Tras enfrentarse a un año extremadamente difícil en 2020, cuando la demanda de crudo colapsó, Exxon Mobil está recuperando rápidamente el terreno perdido. El precio de sus acciones ha subido más de un 38% este año, tras desplomarse más de un 40% durante el año anterior.
Ese cambio se debe principalmente a una recuperación de los mercados petroleros, que ha mejorado las previsiones de las compañías energéticas mundiales que habían sufrido pérdidas masivas durante los últimos cuatro trimestres. Exxon, con sede en Texas, reportó una pérdida de 22.000 millones de dólares para el año, su primera pérdida anual en al menos tres décadas. El crudo Brent rondaba los 64 dólares por barril el martes, tras repuntar desde menos de 20 dólares por barril en abril del año pasado.
A pesar de enfrentarse al año más difícil de la historia de la compañía, Exxon ha sido capaz de conservar su dividendo trimestral de 0,87 dólares por acción mediante préstamos al mercado. Los analistas creen que ya ha pasado lo peor para la compañía y sus acciones, que está ofreciendo un jugoso beneficio anual del 6,4%. Eso ofrece una buena relación calidad-precio para aquéllos que busquen una fuente de ingresos.
Phil Gresh, analista de J.P. Morgan, citó la mejora de las previsiones financieras del gigante y una valoración más razonable en una nota reciente a los clientes. Escribió:
"Por primera vez en siete años de cubrir las compañías petroleras asociadas desde el pico del sector en 2014, vamos a actualizar nuestra calificación [de Exxon Mobil] a sobreponderada".
"Tal y como está la cosa ahora mismo, creemos que el listón está materialmente más bajo, la ejecución podría estar por fin dando un giro, las previsiones para 2021 son demasiado bajas (incluso a 50 dólares por barril de Brent), la rentabilidad por dividendo del >7% es más segura y la valoración es más razonable. Tal vez lo más importante es que creemos que la disciplina de capital está mejorando, y que el presupuesto de capex [de 20.000 a 25.000 millones de dólares] es un paso autoimpuesto necesario para preservar el dividendo y el balance".
AT&T (NYSE:T)
Las de AT&T, el mayor operador de telecomunicaciones de Estados Unidos, son otras de las acciones de alto rendimiento que están generando mucho interés en estos días. En 28,31 dólares, las acciones de AT&T ofrecen ahora un enorme rendimiento del 7,4%, pagando un dividendo trimestral de 0,52 dólares por acción.
Aunque el rendimiento parece bastante atractivo, especialmente cuando proviene de una empresa que no ha reducido su pago durante los últimos 25 años, hay muchos riesgos asociados con este tipo de suculenta recompensa.
En primer lugar, la compañía está tratando de cambiar su negocio tras muchas operaciones infructuosas en la última década. La operadora de telefonía móvil anunció la semana pasada que está desviando DirecTV y sus otras ofertas de televisión de pago de Estados Unidos hacia una compañía administrada de forma independiente que será propiedad en un 70% de AT&T y en un 30% de la firma de capital privado TPG Capital. La transacción valora el negocio en 16.250 millones de dólares, incluida la deuda, una fracción de los 67.000 millones de dólares que AT&T pagó por DirecTV en 2015.
Poniendo de manifiesto estas amenazas en una nota reciente, Wells Fargo (NYSE:WFC) aconsejaba a los inversores que no compraran las acciones:
"En nuestra opinión, T está en una posición difícil, ya que lucha por equilibrar la inversión en sus segmentos de negocio principales (inalámbricos, fibra en los hogares), mientras desapalanca y paga un dividendo considerable. Este acto de equilibrio parece más difícil por la continua disminución de sus segmentos de negocio tradicionales y el impacto del Covid-19 en su negocio WarnerMedia, que continuará siendo un viento en contra en 2021".
En conclusión
Tanto Exxon como AT&T son opciones arriesgadas para los inversores de ingresos, dada la naturaleza rápidamente cambiante de las industrias. Pero el entorno actual parece más favorable para Exxon, con la subida de los precios del petróleo y la reapertura de la economía nacional y global impulsando aún más la demanda de energía.
AT&T, por otro lado, tiene un largo camino por delante hacia la recuperación, pues su nuevo director ejecutivo, John Stankey, está restructurando de nuevo la cartera de la compañía para extraer algo de valor para los inversores. Con una pesada carga de deuda y un panorama de streaming altamente competitivo, las acciones de AT&T, en nuestra opinión, conllevan más riesgo que las de Exxon.