- El índice de IFB registró una variación mensual de -3.0%.
- Con una variación de -8.2 m/m, la construcción guio la caída.
- Recortamos nuestro estimado de 2022 desde 3.5% hasta 2.7%.
La inversión mantiene un rezago de 13.1% frente a su nivel prepandemia
Luego de un incremento muy importante a inicios de año, la Inversión Fija Bruta, con cifras desestacionalizadas, borró el total de la ganancia al caer 3.0% mensual (m/m) en febrero, con lo que el índice se ubicó en 94.4 unidades. De esta manera, el índice permanece estancado en niveles que originalmente se consiguieron en 2007, lo que da muestra del amplio rezago que prevalece en este componente de la demanda agregada.
La disminución se dio en un contexto de cambio estructural, pues la invasión de Rusia a Ucrania ha incrementado la incertidumbre y exacerbado los riesgos a los que se enfrenta la economía global, por lo que estamos revisando a la baja nuestro pronóstico para la variación de la inversión en 2022 desde 3.5% hasta 2.7%.
Con una variación de -8.2 m/m, la construcción guio la caída
Como ha sucedido durante los últimos meses, el mal comportamiento fue inducido por la construcción, que tiene un peso mayoritario dentro del índice y se contrajo 8.2% m/m, la mayor caída desde que inició la pandemia de Covid-19 e incluso la peor en 6 años. Al interior, el movimiento fue producido por la baja de 15.0% m/m en el componente no residencial, que suele estar vinculado a las actividades del sector público.
A partir de dicho resultado, la construcción no residencial se ubica 13.9% debajo de su nivel prepandemia y 32.1% debajo del precrisis, pues el declive comenzó en el año 2015.
Rumbo Económico
Los factores internos y externos siguen poniendo freno a la recuperación de la inversión, que además mantiene un horizonte de riesgos adverso. Ahora, con la nueva coyuntura que ha surgido, pensamos que el indicador podría recuperarse hasta después de 2026, lo que impondrá una severa carga al crecimiento.
De esta manera, es posible que el crecimiento de 2.0% sea un tope bastante rígido para la actividad económica en México durante los próximos 5 años, aunque el sesgo en el balance de riesgos en esta materia se inclina a la baja y las condiciones de estancamiento podrían perdurar más allá del año estimado. Tras el dato, el peso se ha mantenido volátil en torno a los $20.00 por dólar.