Con una votación de 9 a 1, los miembros del Comité de la Reserva Federal decidieron mantener las tasas de interés. Una vez más, la Presidenta de la FED, Janet Yellen, dejó ver que cualquier decisión sobre las tasas dependerá de la evolución de los datos, especialmente en torno a las tres variables objetivo: crecimiento, desempleo y nivel de inflación.
Para la FED, los riesgos de la economía a corto plazo han disminuido, con un crecimiento moderado; y se fortalecieron, con un mejor desempeño del mercado laboral. Sin embargo, espera alcanzar el rango meta de inflación del 2% en el mediano plazo, pues la disminución en el precio de la energía ha restado presión sobre los precios, mientras que persisten riesgos globales, como lo que podrían ser las secuelas del Brexit, y la divergencia respecto a la política monetaria de otros bancos centrales importantes.
La FED tiene programadas tres reuniones más para el 2016, que serán en setiembre, noviembre y diciembre, respectivamente. Si el sector real y el mercado laboral continúan de forma positiva durante el tercer trimestre, las posibilidades de un ajuste en las tasas podría incrementarse, mientras que un ajuste para noviembre está casi descartado, al ser la reunión del Comité una semana antes de las elecciones en los Estados Unidos.
Si bien es cierto los datos de junio, tanto del mercado laboral como del sector real, han sido positivos, aún no son suficientes para consolidar la tendencia positiva que espera la FED, sumado a los riesgos globales de economías importantes; por lo que aún es prematuro esperar un ajuste en las tasas, manteniendo de esta manera las condiciones y expectativas que venimos manejando en las últimas semanas, con oportunidades importantes en los productos de renta fija, tanto en el mercado local como internacional.