La semana pasada regresó el optimismo entre los inversionistas y con ello el apetito por activos de mayor riesgo, entre ellos el peso mexicano, el cual se apreció a su mejor nivel en dos meses. Los inversionistas buscan evitar quedarse al margen de las ganancias y aprovechan las buenas noticias que recorren el mercado para elevar su exposición al riesgo.
A la moderación de la inflación al consumidor de EUA, se sumó un acuerdo político para evitar el cierre de la administración estadounidense y el encuentro constructivo y cordial entre Joe Biden y Xi Jinping. Las expectativas de que las tasas de interés hayan tocado el nivel máximo y el descenso de las rentabilidades de los bonos soberanos en EUA, ayudaron a que el peso mexicano borrara gran parte de las pérdidas de las últimas semanas y se apreciara a su mejor nivel en dos meses.
Además, el comportamiento de los mercados financieros globales es bajo la premisa de que la Fed lograría también un aterrizaje suave, esto es, que evitaría que la economía norteamericana entre en recesión.
Dada la lenta pero constante reducción de la inflación en las principales economías desarrolladas, particularmente la de EUA, compartimos la hipótesis de que los principales bancos centrales están muy cerca de haber finalizado su proceso de alzas de tasas. No obstante, la inflación general y, sobre todo, su subyacente, sigue estando muy por encima del objetivo del 2% establecido por las autoridades monetarias, por lo que todavía es pronto para cantar victoria y comenzar a hablar de potenciales reducciones de las tasas de interés oficiales.
De momento, el escenario que contemplamos es el de unas tasas que se mantendrán a niveles elevados al menos hasta mediados del ejercicio 2024, en un contexto de bajo crecimiento y en el que la inflación, presumiblemente, seguirá bajando, aunque a ritmos más lentos de lo que lo ha venido haciendo en los últimos meses.
Aunque en el mercado de futuros de tasa de interés los inversionistas especulan con un primer recorte en mayo, incluso con alguna posibilidad de que se produjera antes, en el encuentro de marzo.
Lo interesante es que, dado el contexto, difícilmente los funcionarios de la Fed eliminarán su referencia de que un alza en la tasa de interés todavía es posible, y ello dependerá completamente de la evolución económica, particularmente de la inflación y el empleo.
En este sentido, en el muy corto plazo, si bien no parece haber un elemento que pudiera revertir las recientes ganancias en la mayoría de los activos riesgosos, entre ellos el peso mexicano, cada declaración de algún funcionario de la Fed o algún dato que muestre posibles presiones en precios o mejor dinamismo económico, podría ser el pretexto para cambiar el sentimiento del mercado, reduciendo un poco el optimismo actual.
Así, aunque podría romper hacia abajo el psicológico de los $17.0 spot, no se puede descartar nuevos episodios de moderada depreciación del peso mexicano. Todavía en nuestro escenario base en CIBanco traemos que el tipo de cambio podría cerrar el 2023 en niveles cercanos a los $17.70 spot.