En el mes de noviembre las reservas de dólares del Banco Central de China cayeron en U$S 69 mil millones. Esta es la caída más grande de los últimos 10 meses y significa una aceleración de la fuga de capitales. Para poner esto en perspectiva, desde mediados del año 2014, las reservas del Banco Central de China cayeron U$S 1 trillón, lo que significa una pérdida del 25% de las reservas y las ubica en el nivel más bajo desde el 2011:
Las autoridades chinas han puesto en práctica un programa de control de capitales: los chinos no pueden comprar más de U$S 50.000 por año. Este límite es en términos anuales y hará posible que desde el 1 de enero de 2017 muchos chinos compren más dólares. En América Latina tenemos una gran cantidad de ejemplos que nos indica que los controles nunca son efectivos. En paralelos, el Renminbí (la moneda de China) está en su nivel más bajo de los últimos 8 años:
Una de las formas a través de las cuales las empresas chinas superan los controles es a través de las llamadas “compras irracionales”. Las empresas chinas están comprando otras empresas en el resto del mundo a precios inauditos, con el único objetivo de fugar dólares de China.
De acuerdo a datos del Ministerio de Comercio, las compras en el extranjero por parte de compañías chinas alcanzaron la cifra récord de U$S 121 mil millones de dólares en 2015 y acumulan U$S 146 mil millones en los primeros 10 meses de 2016. Ha habido muchas adquisiciones que no parecen tener ningún sentido estratégico, siendo la más saliente la de una compañía minera china comprando una empresa de juegos online de Gran Bretaña.
También han estado comprando inmuebles. Canadá (Vancouver en especial) ha sido víctima de estas fugas irracionales de China que han llevado los precios de las viviendas a máximos nunca antes vistos. Luego de que Canadá pusiera freno a las compras chinas de inmuebles, estas comenzaron a fluir hacia ciudades con Seattle.
Lo verdaderamente importante es que esta fuga masiva de capitales parece ser el preludio de una nueva desaceleración china, o quizá peor, de una recesión que tarde o temprano llegará.
Entre todos los impactos adversos que tendría una recesión por parte de China, un efecto obviamente negativo se daría sobre los commodities. América Latina sufriría en especial por los granos, por el petróleo y por el cobre.
¿Qué podemos decir de la soja? Si tomamos el precio de los últimos 50 años, vemos que en los últimos 10 vivimos una bonanza inusitada desde el punto de vista histórico:
(Front-Month. Contrato continuo de soja. Precio de la soja en centavos por bushel)
Una desaceleración de China podría hacer caer el precio de la soja… ¿al menos un 10%?. Y una recesión de China, ¿podría hacer que el precio caiga un 30%? Es muy difícil hacer la estimaciones, pero una cosa parece bien clara: el boom de commodities con China como argumento, es cosa del pasado.
En los últimos 200 años vimos superciclos de commodities donde siempre había algún argumento para pensar que “esta vez es diferente”. This time is different nos muestra que nos repetimos una y otra vez. Me resulta tristemente obvio que es esta bonanza en precios de commodities está llegando a su fin. Algunos países la han aprovechado. En la Argentina sirvió principalmente para financiar un estado increíblemente grande, inútil y torpe.
Comentario de Mercado:
El miércoles marca el último día para mantener la estrategia short si es que el mercado no revierte con cualquiera sea la decisión de política monetaria que tome la Reserva Federal. Si después de la decisión todos los índices continúan en zona de máximos, será momento de ir a cash. Pero atención:
Hay muchos interesados en que el 2016 termine bien para cobrar sus bonus. No creo que iniciado el 2017 podamos ver por mucho tiempo más este tipo de comportamiento.
Sigue existiendo la divergencia en precios que vengo manteniendo pero la suba es muy marcada y de continuar, habrá que salir.