Si alguien dice que sabe hacia dónde ahora va el S&P 500, no debemos creerle.
Podemos por supuesto atender a ciertos indicios de la delicada aunque inexacta ciencia del trading, analizando el peso de la evidencia de fundamentales y técnicos—que pueden, por supuesto, ser como mínimo algo subjetivos. Aun así, basándonos en esta evidencia, uno puede al menos intentar tomar decisiones informadas, que podrían, con cierta consistencia, aumentar drásticamente nuestras estadísticas.
Llevamos siendo pesimistas en cuanto al mercado desde el mes pasado y seguimos siéndolo. Pero eso no significa que el mercado no vaya a tomar rumbos diferentes dependiendo de los fundamentales como la confianza de los inversores o la cuestión comercial entre China y Estados Unidos. O la famosa errática toma de decisiones del presidente estadounidense, Donald Trump.
Esta mutabilidad se ve ilustrada claramente por las pruebas técnicas del gráfico diario. El S&P 500 opera dentro de un canal ascendente desde el repunte de después de Nochebuena. Aunque los principales medios de comunicación enfatizan que el índice de referencia cerró por encima de la MMS 200, apenas lo hizo —una subida de menos de un 0,1%.
Eso no es ninguna novedad y deja todo todavía abierto. El precio, aunque ha alcanzado su cota más alta desde el 3 de diciembre, ha dejado de subir, permaneciendo por debajo de una línea de tendencia bajista desde noviembre.
El RSI, aunque ha proporcionado una divergencia positiva que subió por encima de sus niveles de noviembre y diciembre, no está siguiendo el precio, que está por debajo de sus máximos de febrero, ofreciendo una divergencia negativa. Este panorama positivo-negativo dibuja una posible parte superior de un gráfico de cabeza y hombros para el indicador de impulso.
La MMCD es la más sobrecomprada desde enero de 2018 y se está debilitando, preparándose así para emitir una señal de venta.
Puede que el panorama se vea más claro si nos apartamos un poco y miramos el gráfico semanal remontándonos hasta 2017. Desde este punto de vista, tanto el precio como el RSI muestran claras tendencias negativas. El único elemento atípico es la MMCD, que sólo ha ofrecido una señal de compra.
Pero teniendo en cuenta que es un indicador regazado, la drástica oscilación desde diciembre ha dejado pocas opciones. Naturalmente, un fuerte repunte repentino tras una caída pronunciada activará una señal de compra, pero ¿puede considerarse fiable este repentino repunte?
Considerando que los precios se han distorsionado a la baja desde enero de 2018, estamos obligados a responder con un no rotundo. De hecho, lo que estamos viendo se parece más a la parte superior descendente de un enorme gráfico de cabeza y hombros.
Por esta razón, no vamos a dejarnos llevar por el actual frenesí suscitado en Wall Street. Nosotros mantenemos nuestra postura bajista.