Varios indicadores habitualmente fiables han advertido en los últimos meses del elevado riesgo de recesión para EE.UU., pero hasta ahora la economía se ha mostrado resistente a las previsiones más sombrías que bullen en algunos círculos.
Las {{art-200636720||últimas previsiones sobre el producto interno bruto del primer trimestre sugieren que el riesgo de recesión sigue siendo bajo. La continua fortaleza del mercado laboral y del sector del consumo figuran en la corta lista de razones que han sorprendido a varios pronosticadores.
Los indicadores del ciclo económico propiedad de CapitalSpectator.com han venido advirtiendo de un elevado riesgo de recesión, pero hasta ahora esas advertencias han sido sorprendentemente prematuras y podrían resultar descaradamente erróneas. En el centro del desafío está la suposición, formulada por primera vez hace varios meses, de que la caída del Índice de Tendencia Económica (IET) y del Índice de Impulso Económico por debajo de sus puntos de inflexión (50% y 0%, respectivamente) señalaba el inicio de una recesión definida por el NBER.
Era una opinión razonable basada en décadas de historia. Pero, como recuerdan los acontecimientos recientes, la historia es una guía imperfecta para el análisis económico en tiempo real. (Nota: El ETI y el EMI se componen de 14 indicadores que captan una amplia medida de la actividad económica de EE.UU. y se incluyen en las actualizaciones semanales del Informe sobre el riesgo del ciclo económico en EE.UU.).
Consideremos la reciente caída del ETI y el EMI por debajo de sus puntos de inflexión. En anteriores caídas por debajo de estas marcas, pronto se produjo una recesión, si es que no estaba ya en marcha. La diferencia esta vez es que, aunque el ETI y el EMI cayeron por debajo de sus puntos de inflexión, la caída se detuvo.
Obsérvese que los descensos del ETI y el EMI por debajo del 50% y el 0%, respectivamente, en años anteriores se mantuvieron en niveles relativamente bajos. En cambio, los descensos hasta la fecha han sido moderados (línea morada) y, más recientemente, han dado paso a un ligero repunte.
Este comportamiento es inusual, casi sin precedentes, de hecho, para la historia del ETI y el EMI desde 1969. En otras palabras, el creciente riesgo de recesión se desvaneció repentinamente y el deterioro de las condiciones dio paso a una reactivación de la fortaleza económica.
Aunque el ETI y el EMI siguen por debajo de sus puntos de inflexión, es significativo que no hayan caído más y alcanzado profundidades que anteriormente marcaron mínimos durante condiciones recesivas.
La cuestión es si la reciente caída del impulso económico es un punto débil temporal en una expansión que, por lo demás, sigue su curso, o el comienzo de una recesión más lenta que acabará cobrándose su precio habitual. Ambas hipótesis son plausibles. Para decidir cuál prevalecerá habrá que conocer más datos.
En la próxima entrega analizaré más detenidamente los datos que componen el ETI y el EMI con el fin de determinar el camino a seguir.