Estados Unidos está peligrosamente cerca de alcanzar su límite de endeudamiento y, sin embargo, los mercados parecen muy relajados.
El episodio de 2011 nos muestra cómo los esquemas de incentivos políticos pueden, en cambio, alargar las negociaciones hasta el último minuto y obligar a los inversores a plantearse en serio una mayor probabilidad de un mal resultado real.
En nuestro sistema monetario, el Gobierno no necesita dinero para gastar dinero.
Como emisor mismo de la moneda que utilizamos, con el gasto deficitario, el Gobierno en realidad aumenta nuestra riqueza neta —por ejemplo, los recortes de impuestos implican que tenemos más dinero para gastar sin incurrir en ninguna responsabilidad directa.
La verdadera limitación del gasto deficitario incontrolado no es ''de dónde va a sacar dinero el Gobierno'', sino la inflación: los déficits excesivos pueden dar lugar a un exceso de demanda (improductiva) que a menudo no puede satisfacerse con un rápido aumento de la oferta o de los recursos —y la válvula de escape es entonces una fea espiral inflacionista.
En cualquier caso, también tenemos otra regla contable autoimpuesta que dicta que el Gobierno no puede funcionar con fondos propios negativos. Por lo tanto, debemos emitir bonos para "financiar" su gasto deficitario (véase el cuadro siguiente).
Aquí es cuando el techo de deuda de Estados Unidos se convierte en un problema: otra limitación autoimpuesta que impide a Estados Unidos incurrir en deuda por encima de un cierto umbral para ''financiar'' su gasto deficitario.
Si el Gobierno no puede seguir emitiendo bonos para mantener su actual nivel de gasto (deficitario), agotará su Cuenta General del Tesoro (TGA, por sus siglas en inglés) en la Reserva Federal, pero ahí también nos estamos quedando sin combustible.
La TGA se ha reducido rápidamente de 600.000 millones de dólares en enero a menos de 70.000 millones la semana pasada.
Una pregunta clave es: ¿cuándo alcanzaremos realmente el límite inferior igual a cero?
John Comiskey (aquí) ha estado haciendo un gran trabajo de seguimiento y estimación de los flujos de efectivo del Gobierno para proyectar la famosa ''fecha x'' en la que el Gobierno de Estados Unidos va a vaciar completamente su TGA.
Su último análisis muestra que, entre el 2 y el 9 de junio, vamos a estar peligrosamente cerca del límite inferior igual a cero —y como Yellen ya nos advirtió, en realidad podríamos alcanzarlo alrededor de estas fechas.
Vale la pena recordar que, pasadas estas fechas peligrosas, el 12 de junio, entrarían nuevos ingresos fiscales, lo que supondría un muy necesario impulso de la TGA para el Gobierno. Pero supongamos que el TGA llega a cero, y el techo de deuda impide al Gobierno estadounidense emitir bonos para financiar el gasto (deficitario).
¿Se produciría entonces un impago?
¿Cuál sería el impacto sobre los bonos, las acciones, el dólar y el oro? ¿Están preparados los mercados para tal situación o se sorprenderían?
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Este artículo se publicó originalmente en The Macro Compass. Únase a esta vibrante comunidad de macroinversores, asignadores de activos y fondos de cobertura: compruebe qué nivel de suscripción le conviene más utilizando este enlace.