Editorial
En la semana pasada, el tema de nuevos rebrotes de coronavirus concentró la atención de los mercados financieros globales. La preocupación radica en que las principales economías, sobre todo europeas, lleven a cabo confinamientos más estrictos para frenar la expansión del COVID-19, lo que podría traducirse en una nueva parálisis económica. A los fuertes aumentos de casos de virus, se añadió la constatación de que no habrá acuerdo en EUA para impulsar un nuevo plan de estímulos económicos-fiscales antes de las elecciones, así como la incertidumbre del propio proceso electoral estadounidense con la posibilidad de que se presente un conflicto post-electoral. Del lado positivo, destacó las cifras del PIB del 3T alrededor del mundo (EUA, México y Eurozona), las cuales confirman el rebote esperado ante el levantamiento de las medidas de confinamiento.
Los mercados financieros globales siguen reaccionando con preocupación ante lo que luce como la concreción de los efectos de la segunda ola de COVID-19. El número de positivos por coronavirus sigue creciendo y amenazando la recuperación. Con ello, los mercados globales se anticipan y comienzan a descontar escenarios pesimistas. Si bien el repunte de casos de COVID-19 no es una novedad, sí lo es el hecho de que en las últimas semanas se haya acelerado mucho su incremento en la mayoría de países europeos y en algunos estados de EUA, algo que parece haber tomado por sorpresa a los distintos gobiernos que, como ocurrió en marzo, han vuelto a optar por confinar en mayor o menor medida a la población y a detener una parte importante de la actividad empresarial como única solución para evitar la saturación de los sistemas sanitarios de sus respectivos países. Francia y Alemania intensificaron sus medidas de confinamiento, dos de las economías más relevantes del mundo.
Este tipo de medidas hace factible que muchas de las economías desarrolladas, especialmente las europeas, vuelvan a decrecer en el cuarto trimestre. Este escenario no era el que venían descontando los inversionistas, que esperaban que en esta ocasión las medidas de contención del virus no fueran tan drásticas y, por tanto, no infligieran tanto daño a la economía.
Además, los mercados están cada vez más preocupados por la posibilidad de unas elecciones disputadas en EUA que podrían desatar una ola de ventas de activos de riesgo. Aunque el demócrata Joe Biden tiene todavía una amplia ventaja sobre el presidente Trump, ésta se ha reducido en los últimos días a un promedio de 7 puntos porcentuales (hace una semana llegó a ser superior a 10 pps). Además, en los Estados considerados como “columpios” y que generalmente terminan definiendo el resultado final de la elección, los sondeos favorecen a Biden pero el margen de diferencia es menor, cercano a sólo 3 puntos porcentuales. Poco a poco los inversionistas reacomodan portafolios ante el riesgo (aún bajo) de un resultado disputado y conflicto post-electoral en EUA.
La semana pasada también fue negativa para el precio de las materias primas, en particular el petróleo. El precio internacional del petróleo (WTI) retrocede otro 3% (ayer cayó cerca de 5.0%) para ubicarse alrededor de 35.50 dólares por barril, mínimo de mayo, en gran parte por el pesimismo generalizado en los mercados con una subida de casos del coronavirus, que podría llevar a una ralentización de la actividad económica y una menor demanda energética a nivel global, así como por el incremento superior a lo esperado en los inventarios de crudo estadounidense.
Por su parte, algo que ayudó a tranquilizar un poco a los mercados en la semana, fueron las cifras positivas en EUA y Europa. El PIB estadounidense y Europeo rebotaron con fuerza en el tercer trimestre del año, superando las expectativas. En el caso particular de EUA, de mantenerse este ritmo la economía podría alcanzar los niveles previos a la pandemia, tan pronto como en 2021. Por su parte, las solicitudes iniciales de desempleo bajaron a su mejor nivel desde marzo pasado, cuando comenzó a intensificarse las medidas de confinamiento para hacer frente a la pandemia.
También, aunque el Banco Central Europeo mantuvo sin cambios su política monetaria pese al avance del coronavirus, pero insistió en que está preparado para emplear sus herramientas disponibles si es necesario. Su decisión era la esperada, si bien los inversionistas observan cada vez con más ansiedad el impacto económico de la pandemia y aguardan una señal clara de la institución de lanzamiento de nuevos estímulos, probablemente en su encuentro de diciembre.
En México, el PIB del 3T rebotó 12% trimestral, avance en línea con nuestras expectativas. A pesar de esta mejora, la economía se mantiene 11% por debajo del valor que tenía el PIB antes de la pandemia. Para todo el 2020, nuestra expectativa de caída de la economía es cercana al 9.0%. No obstante, el camino a la recuperación será largo y accidentado y gran parte del desempeño fundamental del país seguirá dependiendo de la evolución del coronavirus en nuestro país. A pesar de los signos de recuperación de los últimos meses, el escenario será muy diferente en el último tercio del año si se logra evitar o no un rebrote de COVID.
El peso mexicano se contaminó de este sentimiento de aversión global al riesgo, aunque las caídas no han sido tan robustas como las que se registraron en los mercados de renta variable. Aun así, el escenario base en el que operan los inversionistas en el mercado cambiario mexicano refleja tres elementos: 1) la perspectiva de los inversionistas de que a pesar del retraso en las negociaciones de un paquete de estímulos económicos-fiscales en EUA terminará habiendo un resultado favorable, aunque este sea hasta después de las elecciones; 2) la consideración de que no habrá un conflicto post-electoral en EUA y; 3) que la vacuna contra COVID-19 está cerca de aprobarse. Cualquier deterioro en la percepción de estos tres elementos provocará que continúen a la baja las cotizaciones del peso.
Principales referencias económicas y eventos de la semana
Será una de las semanas más cargadas en el año de referencias e información relevante para los mercados financieros globales: Elecciones, reunión de política monetaria de la FED, reporte de empleo estadounidense y noticias sobre rebrotes de COVID-19.
Adicionalmente, en EUA se publicará de septiembre: gasto en construcción, pedido s de fábrica y balanza comercial; de octubre: ISM manufacturero y de servicios y cambio en el empleo privado medido por la agencia ADP; así como el cambio en inventarios de petróleo.
En Europa, conoceremos dato de PMI manufacturero, de servicios y compuesto de octubre; de Alemania, producción industrial de septiembre. En Asia, de China, PMI compuesto y de servicios (Caixin) de octubre.
En México, Banxico publica su encuesta de expectativas; dato de inversión fija bruta de agosto e índice de confianza del consumidor de octubre.
Expectativa para el Tipo de cambio
El tema central para el peso mexicano será el resultado de las elecciones presidenciales en EUA. El comportamiento de la moneda dependerá de quién será el ganador, si el perdedor acepta la derrota y si los resultados no demoran en conocerse. Además, los mercados estarán muy atentos a la conformación del Congreso, ante la posible influencia en la aprobación de los esperados nuevos estímulos económicos-fiscales. Actualmente, el mercado cambiario anticipa que Biden ganará y que no habrá conflicto post-electoral. De materializarse este escenario, la reacción del peso podría ser positiva y buscaría apreciarse hacia $20.70 spot. Por el contrario, cualquier escenario distinto, ya sea un triunfo de Trump, un desconocimiento del resultado, retraso significativo en los resultados y composición mixta en el Congreso, presionaría a la moneda mexicana (no se descartan niveles superiores al $22.50 spot). Adicionalmente la atención seguirá en los rebrotes de COVDI-19 alrededor del mundo y la posibilidad de nuevas medidas de confinamiento. Asimismo, las cifras económicas que se darán a conocer en la semana permitirá evaluar como inicia el cuarto trimestre del año en EUA (empleo e ISM manufacturero) y aunque la reunión de política monetaria de la FED pasa a segundo término, la atención se enfocará en si dejan abierta la puerta a posibles nuevas novedades en términos de mayores estímulos (sobre todo si se ve complicada la aceptación de los nuevos estímulos fiscales). Con ello, durante la semana la moneda mexicana podría fluctuar en un amplio rango, dependiendo el desenlace de lo mencionado, entre los $20.70 y $23.00 spot.
Expectativa para las Tasas de interés
En el mercado primario, la tasa de Cetes a 28 días podría registrar un alza o mantenerse sin cambios; por su parte, el rendimiento para los bonos de 10 años en el mercado secundario, podría moverse entre 6.10% – 6.35%.