Editorial
Resumen
En la semana pasada, la principal referencia para los mercados financieros fue la firma de la fase 1 del acuerdo comercial entre EUA y China. Adicionalmente, se dieron los pasos finales para que el Senado inicie el procedimiento de juicio político contra el presidente Trump, así como del proceso de ratificación del T-MEC. En materia económica, destacaron las cifras positivas de PIB de China y Alemania, así como del consumo y actividad manufacturera estadounidense.
Finalmente se formalizó la muy anticipada primera fase de un acuerdo comercial entre las dos mayores potencias del mundo. La firma de la fase 1 sirve para alejar los peores temores de los inversionistas y pone fin a la escalada más reciente de la guerra arancelaria, aunque se trata simplemente de una tregua por lo que no se espera que desaparezca la tensión entre ambos países.
El acuerdo abre el mercado chino a más compañías estadounidenses, especialmente del sector financiero, supone un aumento de las exportaciones de productos estadounidenses (particularmente agrícolas), asimismo contiene compromisos de respeto a la propiedad intelectual, transferencia de tecnología y política cambiaria.
Entre los aspectos negativos del acuerdo de 'fase uno' destaca que los aranceles siguen vigentes para bienes chinos por valor de 360 mil millones de dólares, y es probable que permanezcan allí por lo menos durante otros 12 meses. Además, algunos de objetivos de los compromisos son muy ambiciosos, sobre todo el relacionado a las compras de productos estadounidenses, por lo que el fantasma de incumplimiento y sanciones por ello rondará la mayor parte del tiempo.
El acuerdo tiene un alcance limitado y deja para la segunda fase, que el presidente Trump ha dicho que será la última y la cual iniciará muy pronto, algunas de las principales fuentes de las tensiones entre ambas potencias. En particular, no aborda la estructura económica de China, ya que no exige al país a reformar la red de subsidios estatales que conforman el pilar de su modelo económico, y tampoco se ha logrado un compromiso de Pekín de mayor transparencia en el manejo de datos y en la ciberseguridad.
Dado que se han necesitado casi dos años para concluir la primera fase del acuerdo, es lógico pensar que la segunda fase probablemente tardará mucho más tiempo.
La reacción de los mercados a la firma fue moderada, porque en gran parte ya estaba descontado por los inversionistas (se ha registrado un rally importante desde mediados de diciembre de 2019 en los mercados bursátiles y en la mayoría de las monedas con respecto al dólar).
Por otro lado, las cifras económicas globales publicadas en la semana fueron en términos generales mejor a lo esperado. En EUA, destacó el dato de ventas al menudeo y producción industrial; en Alemania se confirmó que la mayor economía europea logró evitar una recesión económica y; en China, el PIB del último tercio del año incorporó la mejor percepción respecto al conflicto comercial con EUA.
Con relación al proceso de impeachment a Trump, la Cámara de Representantes de EUA envió al Senado los cargos contra el mandatario estadounidense y con ello se activó el inicio del juicio político. Así, durante las próximas semanas, un centenar de senadores decidirán si hay que destituir a Trump, algo improbable dada la mayoría republicana.
Por su parte, finalmente el Senado estadounidense ratificó el T-MEC. Con ello, sólo resta que el órgano legislativo de Canadá haga lo propio. Una vez concluido este último proceso, el nuevo acuerdo trilateral entrará en vigor en 90 días. El nuevo acuerdo comercial de América del Norte es, en lo esencial, muy similar al TLCAN. La negociación logró preservar en gran medida las condiciones existentes y evitar el objetivo inicial de Trump que era romper el tratado trilateral.
El TMEC ayudará a mejorar la confianza del empresariado en México, lo que podría traducirse en mayores niveles de inversión. Además, el TMEC blinda a México hasta cierto punto de posibles nuevas amenazas proteccionistas de Trump ante la intensificación de su campaña política en los próximos meses. Sin embargo, el aprovechamiento y alcance que México logre con el nuevo tratado, dependerá de acciones del Gobierno y del sector privado a favor de la competitividad, para incentivad mayores inversiones que amplíen la producción de mayores insumos y productos (servicios ) en el país.
Por último, el inicio de la temporada de reportes corporativos en EUA correspondientes al cuarto trimestre del 2019, con los principales bancos publicando sus resultados, ha sido mejor de lo esperado.
El peso mexicano se mantuvo estable la mayor parte de la semana, para cerrar más fuerte y cotizar en niveles inferiores a $18.70. La mayoría de los temas siguen resolviéndose a favor, por lo que esta tendencia de fortaleza se puede mantener para las siguientes semanas.
Principales referencias económicas y eventos de la semana
Esta semana, las referencias serán escasas, destacando los avances del juicio político de Trump y la continuación de la temporada de reportes corporativos trimestrales en EUA.
Adicionalmente, en EUA se publica de diciembre: índice de actividad nacional de la FED de Chicago, ventas de casas usadas, indicador adelantado; así como el cambio en inventarios de petróleo.
En Europa, habrá reunión de política monetaria por parte del BCE; de enero datos de: confianza del consumidor y PMI manufacturero, de servicios y compuesto; de Alemania, confianza del inversionista medido por el grupo ZEW (Situación actual y percepción económica) de enero. En Asia, de Japón, índice de actividad industrial de noviembre y la inflación de diciembre.
En México, conoceremos el IGAE de noviembre, tasa de desempleo de diciembre y la inflación de la primera quincena de enero.
Expectativa para el Tipo de cambio
La menor incertidumbre en las primeras semanas del 2020, le sigue dando sustento al buen comportamiento del peso mexicano y muy probablemente esta tendencia positiva se mantendrá en las siguientes semanas, ya que existen menores preocupaciones y probabilidades de una próxima recesión económica global, disminuyeron las tensiones comerciales después de la firma de la fase 1 del acuerdo entre EUA y China y se ratificó el T-MEC en el Senado estadounidense. Al menos en el muy corto plazo no se vislumbra un evento/cifra económica que modifique el buen momento de la moneda mexicana. Lo que si puede pasar, es que ante la ausencia de catalizadores, los inversionistas puede llevar a cabo toma de utilidades. Con ello, durante la semana la moneda mexicana podría fluctuar entre los $18.60 y $18.90 spot.
Expectativa para las Tasas de interés
En el mercado primario, la tasa de Cetes a 28 días podría registrar un alza o mantenerse sin cambios; por su parte, el rendimiento para los bonos de 10 años en el mercado secundario, podría moverse entre 6.78% – 6.93%.