Tras un explosivo rally de tres sesiones en el que la bolsa nacional pasó rápidamente de los 4.000 puntos a los 4.300 puntos, comenzamos a ver nuevos signos de debilidad en las acciones chilenas de la mano de un aumento de contagios en países en los cuáles se habían comenzado a relajar las medidas de confinamiento.
Por su parte, el proyecto de ley que permite el retiro de un 10% de los fondos de pensiones gatilló una presión vendedora en todos los activos nacionales: acciones, bonos y peso chileno.
Una venta masiva de activos nacionales genera una sobreoferta que el mercado no es capaz de absorber en un corto tiempo, lo que lleva a los inversionistas a anticiparse a la medida.
En este momento, el IPSA mantiene un piso técnico en torno a los 3.900 puntos, definido por la media móvil simple de 50 días, por lo que una caída por debajo de dicho nivel podría gatillar una mayor presión bajista y llevar a las acciones chilenas en busca del siguiente piso técnico en la zona de los 3.500 puntos.
Al alza, la resistencia de corto plazo se mantiene en la zona de los 4.300 puntos.