Nuestra divisa se mantiene presionada al alza, pues una mayor aversión al riesgo en los mercados financieros ha fortalecido al dólar y los indicadores económicos locales no han sido positivos. Por un lado, el IGAE tuvo un avance modesto en julio y, por otro lado, la balanza comercial mexicana tuvo un fuerte déficit en agosto, de más del triple de las proyecciones de los analistas. De esta forma, el peso se mantiene como una de las monedas más depreciadas y, hace unos momentos, perdía 0.37% operando en torno a $20.11.
De acuerdo con INEGI, la estimación preliminar de la balanza comercial en México presentó un déficit por $3,902 mdd en agosto, muy por encima de lo esperado por el mercado ($1,064 mdd). Además, este marca el segundo déficit consecutivo, con lo que se acumula un balance negativo de $6,870 en lo que va del año. En este periodo, las exportaciones crecieron 9.0% a/a, impulsadas por las petroleras que presentaron un avance del 53.1% a/a. Sin embargo, las exportaciones no petroleras, que representaron casi el 94% de las exportaciones totales ($40,313 mdd), tuvieron un crecimiento modesto de solo 6.9%. Pues las exportaciones del sector automotriz cayeron 11.8% a/a, debido a que la escasez de insumos electrónicos, como chips y semiconductores, ha limitado la producción y mantiene los costos de producción y precios al público al alza. En contraste, las materias primas agropecuarias, metales y minerales siguen creciendo con fortaleza gracias a la resiliencia de la demanda agregada de algunas economías avanzadas. Por otro lado, las importaciones crecieron 43.3% a/a, impulsadas por un avance de las petroleras del 113.5% a/a. Por tipo de bienes, destacaron los bienes de uso intermedio con un incremento del 44.5% a/a y los de consumo en 43.9% a/a.
