En las últimas semanas, la economía de Estados Unidos ha sorprendido con un giro positivo, alejando los temores de una recesión inminente que dominaron el ambiente a mediados de agosto. A medida que se publica nueva información económica en septiembre, se refuerza la percepción de que la economía se dirige hacia un "aterrizaje suave," el objetivo que la Reserva Federal ha buscado con esmero.
Este escenario sugiere que la inflación está disminuyendo, no debido a un freno en el crecimiento económico, sino porque varios factores inflacionarios transitorios, exacerbados por la pandemia de COVID-19, se están desvaneciendo.
El cambio de tendencia ha reavivado el optimismo en los mercados financieros, acercando a las bolsas nuevamente a niveles récord. Esto ocurre porque los factores que suelen detonar mercados bajistas, como el miedo a una recesión o a grandes correcciones, están perdiendo fuerza.
Diversos indicadores refuerzan esta mejoría económica, entre ellos:
- Confianza del consumidor en su punto más alto desde mayo.
- Las expectativas de inflación a un año son las más bajas desde diciembre de 2020.
- Precios de la gasolina al consumidor en sus niveles más bajos desde febrero.
- El S&P 500 ha caído apenas un 1 % desde sus máximos históricos.
- Las tasas hipotecarias a 30 años registran sus niveles más bajos desde febrero de 2023.
- El patrimonio neto de los hogares estadounidenses alcanzó un récord histórico en el segundo trimestre.
Este contexto convierte a las próximas semanas en un periodo crucial para los mercados, tradicionalmente volátiles en septiembre y octubre. Muchos inversores aprovechan este momento para realizar ganancias, especialmente antes de las elecciones presidenciales en EE.UU. Sin embargo, este año, con un "aterrizaje suave" a la vista, el mercado parece tener espacio para seguir subiendo.
Todo dependerá de cómo la Reserva Federal gestione su política en los próximos días, lo que podría prolongar este rally bursátil. Aunque, más adelante, el riesgo electoral podría convertirse en el principal generador de volatilidad, ahora que la economía está dejando de ser la mayor preocupación para los inversores.