Análisis realizado al cierre del mercado estadounidense por Kathy Lien, directora general de Estrategia FX en BK Asset Management.
Está claro que no es un día normal en el mercado de divisas cuando el rublo ruso y el peso mejicano registran mínimos históricos y el dólar de Hong Kong registra su cota más baja desde 1999.
Las divisas principales no han parado de descender pero la auténtica carnicería se ha desatado en los mercados emergentes. Sólo en las tres últimas semanas, el rublo ha pedido casi un 10% de su valor y, durante este periodo, el rand sudafricano y el peso mejicano se han dejado más de un 7%. Los países con mercados emergentes han sido escenario de la mayor parte de las ventas ya que la ralentización del crecimiento global y la volatilidad de las divisas provocan un considerable deterioro económico en estos países. El descenso de las divisas puede ser positivo para los países que dependen de las exportaciones pero, cuando el mercado de divisas se desploma demasiado y demasiado rápido, puede producirse una gran inestabilidad económica y una crisis de confianza de los inversores extranjeros. De hecho, Arabia Saudí, cuyo riyal ha registrado su cota más alta desde 1996, ha prohibido a los especuladores apostar en contra de la divisa. Países como Arabia Saudí y Hong Kong, cuyas divisas están vinculadas al dólar, se encuentran sometidos a una gran presión para defender su tipo de cambio. Si las divisas de los mercados emergentes siguieran cayendo, algunos bancos centrales podrían tener que subir los tipos de interés o recurrir a la contracción monetaria para sostener su economía y, por desgracia, estas medidas conllevan graves consecuencias para otros ámbitos de la economía.
Y ahora, volvamos a las divisas del G10
El protagonista estrella del día ha sido el petróleo. Los precios del oro negro han descendido hoy más de un 6,5%, registrando su cota más baja desde marzo de 2002. Ahora se encuentra en poco más de 25 USD por barril, el próximo precio de punto psicológicamente relevante de la materia prima. La última caída ha sido provocada por el aviso de la Agencia Internacional de la Energía de que el mercado del petróleo podría “ahogarse en su excesiva oferta”. La agencia cree que Irán podría ampliar su producción de petróleo en 300.000 barriles al día durante el primer trimestre, provocando que la oferta supere la demanda. Aunque puede que esto sea cierto, creemos que los precios del petróleo están a punto de tocar fondo y no sería sorprendente que la AIE anuncie mañana un descenso del suministro, proporcionado al petróleo la oportunidad de recuperarse.
Por desgracia, la decisión del Banco de Canadá de mantener inalterados sus tipos ha eclipsado la caída del petróleo.Aunque los economistas no esperaban un cambio en la política monetaria, la venta masiva del USD/CAD indica que los inversores no pensaban lo mismo. El par USD/CAD se dejó más de 200 pips, apartándose de máximos de 12 meses, y ahora parece que va a caer por debajo del 1,44. El Banco de Canadá no sólo ha mantenido inalterados los tipos, sino que el gobernador Poloz se ha mostrado relativamente optimista. A él no le preocupa que se produzca una recesión a escala mundial, cree que China proseguirá su transición y confía en que el debilitamiento del dólar contribuirá al crecimiento. Poloz confía también en la resistencia y la flexibilidad de la economía y, en lugar de lamentarse por la súbita caída de la divisa, ha afirmado que un mayor descenso podría impulsar la inflación. Y lo que es más importante, ha señalado que “la mayor parte de la crisis del petróleo estaba ya presente en sus previsiones de octubre”. En otras palabras, no ha expresado ninguna preocupación en cuanto al debilitamiento del dólar canadiense o la caída del petróleo por debajo de los 30 USD por barril. Estas declaraciones de Poloz, algo menos prudentes, deberían hacer que el USD/CAD eche el freno.
La atención se dirige ahora hacia el Banco Central Europeo. No se espera que el Banco Central Europeo efectúe cambio alguno pero, en vista de lo mucho que ha caído el petróleo desde principios de este año, Mario Draghi tiene motivos de sobra para recordar a los inversores que el banco central pretende ampliar su programa de expansión cuantitativa ya que la caída del petróleo es un gran obstáculo en el camino del banco central hacia su objetivo de inflación fijado en el 2%. Si los precios del petróleo no se recuperan antes de la reunión de marzo, tendrán que revisar a la baja sus previsiones de inflación. En cuanto a la reunión de este mes, la pregunta es si habrá aumentado la intención de modificar la política monetaria desde la reunión anterior y, aunque creemos que sí, Draghi podría afirmar que es prematuro sacar conclusiones. La tabla que se muestra a continuación muestra más mejora que deterioro en la economía de la eurozona desde la última reunión. Sin embargo, desde diciembre, el EUR/USD ha subido más de 3 centavos y el petróleo se ha desplomado un 35%, de modo que los factores que contribuían al crecimiento en diciembre se han desvanecido en enero.
El USD/JPY también ha registrado una gran actividad durante la noche, ya que el par de divisas ha registrado mínimos de un año en 115,98. La caída se llevó por delante también a otros cruces con el yen, como el GBP/JPY, el CHF/JPY, el CAD/JPY y el AUD/JPY. La venta masiva de yenes de la pasada noche vino provocada por el desplome del Nikkei, aunque las amenazas de intervención por parte del Gobierno japonés revirtieron el rumbo de la divisa. Hacia el final de la jornada de negociación en Norteamérica, el USD/JPY recuperó cerca de un 50% de sus pérdidas intradía gracias en parte al repunte intradía de los valores de Estados Unidos. El Dow de industriales llegó a descender más de 400 puntos y cerró la jornada con un retroceso de sólo 250. Los datos de Estados Unidos fueron algo decepcionantes, pues las promociones de vivienda han entrado en territorio negativo y los precios al consumo han descendido. Va a ser extremadamente difícil para la Fed poner buena cara ante el actual entorno financiero. Así pues, creemos que el USD/JPY registrará más pérdidas antes de la reunión del FOMC de la semana que viene.
La libra ha ganado posiciones con respecto al dólar tras la publicación de unos datos del mercado laboral “mejores” de lo previsto. Se ha producido un descenso de 4.300 solicitudes de ayudas por desempleo, frente a los pronósticos que hablaban de una subida de 2.800 solicitudes, y la tasa de desempleo cayó hasta el 5,1%. No cabe duda de que estas cifras son buenas pero la ralentización del crecimiento de los salarios es alarmante. El crecimiento de la remuneración semanal media se ha ralentizado del 2,4% al 2%, su cota más baja desde febrero. La ralentización de los salarios no sólo hace aumentar el riesgo de una sorpresa a la baja sino que también arruina las posibilidades de que se produzca una subida de los tipos de interés este año.
Mientras, los dólares australiano y neozelandés ofrecieron una actuación extremadamente buena, teniendo en cuenta la caída de los precios de las materias primas, el debilitamiento de los datos y la aversión general a las inversiones de riesgo. La confianza de los consumidores australianos se deterioró bruscamente en enero, mientras que los precios al consumo de Nueva Zelanda experimentaron su mayor caída desde 2008. El PMI del sector manufacturero de la nación ha subido, pero éste ha sido un informe tardío al que no puede atribuirse el mérito de la subida de la divisa durante la jornada de negociación en Norteamérica. La actividad del sector manufacturero se ha expandido a su ritmo más rápido de los últimos 14 meses, lo que es difícil de creer en vista de la ralentización de la economía de China y el descenso de los precios de los productos lácteos. La sostenibilidad de esta tendencia va a ser clave. Creemos que los avances de los dólares australiano y neozelandés no son más que lo que se conoce como dead cat bounce (literalmente “rebote del gato muerto”), un pequeño y breve repunte que se quedará en nada.