Con un resultado electoral que tomó por sorpresa a los inversionistas, el partido Morena y sus aliados aseguraron una gran mayoría en el Congreso mexicano, lo que representa un cambio político significativo, marcando la consolidación del partido como la principal fuerza política del país.
Tras la victoria contundente de Claudia Sheinbaum en la presidencia, se desencadenó una caída del peso y las acciones, ante la posibilidad de reformas constitucionales que podrían modificar el balance de poderes.
Desde su fundación en 2011, el partido político de Morena ha experimentado un crecimiento meteórico, pasando de controlar 4 estados en 2018 a 24 en 2024. Este ‘tsunami’ político refleja un deseo de cambio entre la población mexicana y la popularidad de sus líderes, como Andrés Manuel López Obrador y Claudia Sheinbaum.
Morena ha logrado capturar la atención y el apoyo de los votantes con promesas de luchar contra la corrupción y la impunidad, y con una visión de transformación democrática.
Su victoria en estados tradicionalmente conservadores y la obtención de una mayoría significativa en el Congreso sugieren un respaldo a su agenda de reformas y un mandato claro para la implementación de sus políticas.
Frente a la volatilidad, Sheinbaum se comprometió a mantener una gestión fiscal prudente y a respetar la independencia del banco central.
El impacto de esta victoria se extiende más allá de la política interna, afectando la economía y la percepción internacional de México. El peso mexicano, la moneda nacional, sintió el impacto de los resultados electorales al depreciarse frente al dólar, por encima del 8% al momento de escribir esta nota.
Asimismo, el Índice de Precios y Cotizaciones (IPC), que representa el indicador más importante de la bolsa, se ha visto afectado por los resultados electorales. El primer día de mercado tras las elecciones cayó más de un 6%, y al momento de redactar esta nota, al finalizar la semana seguía un 4% por debajo de su valor.
La caída del peso y las acciones tras las elecciones indica una falta de confianza de los inversionistas en la estabilidad económica del país a corto plazo, ante la posibilidad de reformas constitucionales y cambios en la política económica que podrían alterar el “statu quo”.
JP Morgan (NYSE:JPM) destacó el tono conciliatorio de la presidente electa Claudia Sheinbaum, que en su discurso ha prometido mantener una política fiscal disciplinada y respetar la autonomía del banco central, lo que podría ayudar a calmar a los mercados y asegurar un entorno de inversión estable.
Pero si bien los resultados electorales han marcado el comienzo de una nueva era en la política mexicana, es el 1 de octubre cuando el cambio tomará forma oficialmente. En esta fecha, la presidente electa Claudia Sheinbaum y su administración asumirán sus cargos, marcando el inicio de un periodo de gobierno que promete transformaciones significativas.
Con la llegada del nuevo gobierno, los ojos están puestos en las primeras medidas que tomará la administración de Sheinbaum. La comunidad internacional y los mercados estarán atentos a las señales de cómo se manejan las reformas y la política fiscal, elementos clave para mantener la confianza de los inversionistas y la ciudadanía.
La capacidad del nuevo gobierno para equilibrar las expectativas de cambio con la necesidad de una gestión económica prudente será crucial para definir el rumbo del país en los próximos años.
Mientras tanto, lo más seguro es que el peso mexicano siga experimentando volatilidad, reflejando la incertidumbre y la esperanza de una nueva era en México.
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