Este martes se reportó que Arabia Saudita, Rusia, Qatar y Venezuela decidieron “congelar” su producción de petróleo a los niveles de enero, con la condición de que otros hagan lo mismo, para que el precio del barril se recupere de los mínimos en que se encuentra.
La reacción en el precio del petróleo fue bastante volátil, parece que el mercado esperaba un corte en lugar de un congelamiento, lo que hizo que la referencia estadounidense volviera a caer a niveles por debajo de los US$30.
El problema es que estos países han estado produciendo niveles record de petróleo. Según datos de Bloomberg, una plataforma de negociación, Arabia Saudita produjo durante enero unos 10,2 millones de barriles por día, el nivel más alto desde 1981; de igual forma, Rusia alcanzó un máximo desde la caída de la Unión Soviética. Con lo anterior, el congelamiento no significará una reducción más rápida del exceso que existe.
Por otra parte, Venezuela más bien presentó una caída en la producción, debido a problemas internos de productividad, por lo que un congelamiento no representa nada para el mercado.
¿Se unirán otros productores?
De la respuesta a esa pregunta depende el éxito del anuncio. El inconveniente es que otros países están más bien incrementando su producción: Irán ingresó de nuevo al mercado, por lo que está tratando de recuperar clientes, mientras que Irak sigue sacando grandes cantidades de petróleo para mantener los gastos relacionados con la lucha contra el grupo terrorista ISIS. Dado el escenario de esas naciones, en este momento parece difícil una respuesta afirmativa.
¿Cómo incidirá en el precio?
Cuando se analiza a fondo, el anuncio es poco impresionante, lo que explica la respuesta del mercado. No obstante, revela un cambio importante en el mensaje de Arabia Saudita, el principal productor. El movimiento podría señalar que los US$30 son un piso para el reinado; sin embargo, si lo que quiere es precios más altos, tendrá que ofrecer algo más que el congelamiento de su producción.