Este artículo fue escrito en exclusiva para Investing.com
La afirmación que sugiere que el programa de expansión cuantitativa y la impresión de dinero conducen a una inflación masiva es un cuento de hadas. Nos dijeron el mismo cuento hace casi una década y sencillamente nunca ocurrió, dejando muy decepcionados a muchos inversores.
La Fed ha hecho todo lo posible para explicar a los inversores que la falta de inflación es la mayor amenaza a la que se enfrentan. Lo que parece difícil de entender entonces es por qué los activos vinculados a la inflación, como el oro y el bitcoin, están subiendo.
El cuento de hadas
El cuento de hadas comenzó hace una década cuando la Fed lanzó por primera vez el programa de expansión cuantitativa. La narrativa que se creó rápidamente fue que pronto le seguiría la inflación, y aunque algunos precios de los activos subieron un poco, el ascenso no duró mucho. Casi una década después, incluso antes de la pandemia, la Fed seguía buscando una subida de los precios.
Eso significa que los inversores de hoy probablemente se enfrentan a la misma decepción que los de hace más de una década. Los precios del oro comenzaron a subir bruscamente a finales de 2008 desde unos 750 dólares hasta alcanzar máximos en agosto de 2011 en alrededor de 1,900 dólares. El metal fue perdiendo valor los siguientes siete años, llegando caer hasta 1,000 dólares. No fue muy diferente para el cobre, que pasó de alrededor de 1.30 dólares hasta casi 4.70 dólares. Este metal también perdió valor en el mismo período.
Sorprendentemente, estamos viendo de nuevo los precios del oro y el cobre elevarse junto con otras materias primas. Ahora tenemos el bitcoin, que se ha unido al cuento de hadas, ya que la impresión de dinero de la Fed seguramente conducirá a la degradación del dólar e impulsará las tasas de inflación. Pero uno puede ver fácilmente en los siguientes gráficos que eso simplemente no es cierto.
¿Dónde está la inflación?
El propio programa de expansión cuantitativa nunca promovió la inflación tras la gran crisis financiera. La media recortada de la lectura de la inflación del PCE sólo ha superado el 2% en un puñado de ocasiones desde 2009. También sabemos que, en función de la velocidad M2 y MZM, la impresión de demasiado dinero reduce los tipos de inflación. Un gráfico simple de velocidad de M2 y velocidad de MZM, frente a los tipos a 10 años, demuestra rápidamente eso.
La velocidad de las reservas de dinero es una relación simple del PIB dividido por M2 o MZM. Cuanto más rápido aumenten esas cantidades de dinero frente al PIB, más lento se dispersa el dinero porque no se está creando suficiente material para aumentar la demanda, impulsando los precios. Por ejemplo, a principios de la década de 1980, 1 dólar creado en MZM creó casi 3.80 dólares en PIB. Hoy en día, 1 dólar creado en MZM crea sólo 1 dólar en PIB, desinflación en juego. El mayor problema al que se puede enfrentar la economía es que el crecimiento del PIB es sencillamente demasiado lento para el dinero que se está imprimiendo.
Decepción
Todo el dinero que está creando la Fed hoy se encuentra en tres lugares: los balances de los bancos, el Tesoro de Estados Unidos y el efectivo en circulación. Esas tres cuentas abarcan 6,7 billones de dólares de los 7,2 billones de dólares del balance de la Fed. Por lo tanto, es imposible crear la inflación que tantos apuestan que sucederá, mientras el dinero permanezca en esas cuentas en la Fed.
El concepto de que toda la impresión de dinero de hoy dará lugar a una subida de precios y producirá una inflación masiva es casi precisamente idéntico a lo que sucedió en 2009 y 2010. Es probable que la dinámica termine de la misma manera ahora que en aquel entonces, con la decepción de los inversores que se aferraron al mismo cuento de hadas.