Nuestra felicidad depende de varios factores que varían con el paso del tiempo.
Según la edad que tengamos valoramos más unas cosas que otras de acuerdo a lo que nos dice nuestro termómetro interno de bienestar.
En la niñez aprecias tus momentos en los juegos de la plaza o en el parque. Tus intereses pasan por jugar con tus amigos, tirarte por el tobogán, balancearte en las hamacas y el subibaja, correr y divertirte.
Ya de más grande incorporas responsabilidades. El estudio y el trabajo ganan espacio en tu vida. Buscas superar desafíos y destacarte para sentirte mejor.
Entrando en la adultez valoras los momentos de ocio con tus amigos, tu familia o incluso solo, cuando distraes la mente de los problemas cotidianos. Le asignas una mayor importancia a los viajes, las nuevas aventuras, realizar acciones bondadosas o algún deporte. Meditar, leer, tener inquietudes artísticas, disfrutar de una charla distendida con tus afectos, o cualquier hecho o actividad que genere un aumento de tu bienestar.
Las fuentes de nuestra felicidad son muchas y cambian según el momento de nuestras vidas.
Sería poco saludable que toda tu felicidad dependiera solamente de un hecho puntual. Está genial que este hecho te genere un elevado nivel bienestar, pero si no llega a pasar, te hundes en un mar de profunda tristeza. No queremos nada de eso.
A todos, en algún momento de nuestras vidas, nos suceden hechos dolorosos que nos angustian y nos llevan por un camino muy duro, difícil de transitar. Pero el camino es menos doloroso si, al mismo tiempo que lo transitamos, hacemos las cosas que nos gustan.
No pretendo que el newsletter de hoy sea una columna de autoayuda. Solo quiero mostrarte que, así como necesitamos diferentes fuentes de felicidad para tener una vida emocionalmente equilibrada, un portafolio diversificado entre activos de valor te permite tener una vida prolongada y saludable como inversor.
Te da el acceso a estos tres beneficios:
1) Conseguir ingresos de diferentes orígenes.
Puedes cobrar rentas y dividendos con una porción de tu cartera. Y obtener ganancias de capital con la suba de precio de la otra porción de tu cartera, ya sea en operaciones de trading o en inversiones a mediano-largo plazo.
2) Potenciar los rendimientos en los buenos momentos del mercado.
Es importante que la diversificación involucre solamente activos de valor. Estos son acciones de empresas que ofrecen bienes o servicios cada vez más valorados por el mercado, bonos de emisores que mejoran su situación financiera o transmiten seguridad, o monedas y commodities que son demandados o sirven como refugio. En los ciclos alcistas los activos de valor son los que más suben.
3) Soportar mejor las caídas de precios
¡Cuánta verdad hay en la frase que dice que “No hay que poner todos los huevos en la misma canasta”! ¿Te imaginas si volviendo de la pollería tropiezas en la calle, se te cae la canasta y se rompen todos los huevos? Sería un desastre.
Eso sería lo mismo que invertir todo tu capital en una acción.
Por más prometedor que parezca el proyecto de la empresa y por más sólido que sea tu análisis, puede suceder un evento inesperado ajeno a la compañía, como una crisis financiera o una guerra, que afecte su normal funcionamiento al punto de llevarla a la quiebra y a su acción a valer USD 0.
Sin diversificación, tu cartera se destruiría y sentirías una insalubre frustración. En cambio, si inviertes solo un 5% de tu capital en esta acción, la quiebra de la empresa te significa una caída de apenas una vigésima parte de tu capital. No te deja fuera del mercado como en el caso anterior. Puedes recuperarte con lo que aportan los activos que representan el otro 95% de tu capital.
Sabiendo que los movimientos de uno o unos pocos activos no alteran mucho tu capital y no te cambian la vida, puedes manejar mejor tus emociones y evaluar más racionalmente la composición de tu cartera.
Por todo esto, te propongo que hoy mismo evalúes si tu cartera está bien seleccionada y lo suficientemente diversificada.
Desde mi lugar, te aconsejo que tengas un poco de todos los activos de valor. Que elijas entre las monedas, metales preciosos, bonos y acciones de diversos sectores y regiones. Que sigas distintas estrategias para obtener ingresos. Y que les sumes o le restes peso a cada activo, según la coyuntura.
Diversifica hoy entre activos de valor y maneja tu riesgo.
Hasta la próxima.