Con mucho aún por resolver esta última semana antes de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, la aversión al riesgo —o en el mejor de los casos, la precaución— está invadiendo los mercados, lo que lleva a los traders a refugiarse en un activo en el que se han sentido seguros desde el verano: el dólar.
La Casa Blanca y el Capitolio confirmaron el viernes lo que el mercado del oro había sospechado durante semanas: que no iba a haber un acuerdo para un programa de estímulo COVID-19 antes de las elecciones del 3 de noviembre. Sin embargo, los traders del oro se habían hecho los locos mientras los portavoces de la Administración Trump y el Congreso balbuceaban durante casi un mes sobre un posible acuerdo para implementar ayudas.
El dólar gana fuerza; la presidencia de EE.UU. sigue en el aire
Con esa incertidumbre cerniéndose sobre nuestras cabezas —y muchas otras que quedan, incluyendo si Joe Biden arrebataría la presidencia a Donald Trump, los traders macroeconómicos hacen cola para comprar dólares.
El índice dólar, que sigue la evolución de esta moneda con respecto a una cesta de otras seis divisas principales, ha subido un 0,2% hasta 92,94 durante la jornada de negociación de este lunes en Asia, en sólo su segunda jornada positiva en siete días.
El fortalecimiento del dólar ha lastrado el oro, colocándolo por debajo del punto alcista clave de 1.900 dólares por onza.
Los futuros del oro de Estados Unidos para entrega en diciembre registran mínimos de la jornada en 1.892,60 dólares, con un descenso del 0,3%. Pero algunos estaban seguros de que se produciría un repunte en el transcurso de la jornada —posiblemente a finales de la semana— ante la especulación en torno a una victoria de Biden y las conversaciones postelectorales sobre la implementación de un estímulo COVID-19.
Desmond Leong, de AxiCorp, dice:
"El dólar se ha beneficiado significativamente de la combinación entre la política monetaria del presidente Trump en Estados Unidos —el agresivo estímulo fiscal—, y el proteccionismo comercial en el extranjero. Esto podría llegar a su fin si se elige a un presidente demócrata".
"De hecho, si el candidato demócrata Joe Biden sale victorioso, podríamos esperar acuerdos comerciales bilaterales más favorables junto con políticas proteccionistas menos agresivas, especialmente contra los aliados de la OTAN en Europa que podrían promover un mayor debilitamiento del dólar".
E independientemente de quién gane las elecciones, los analistas también están seguros de que un paquete de ayudas debe implementarse lo antes posible.
Próximo punto de atención: Estímulo post-electoral
Y ese estímulo—libre de política electoral— podría ser enorme. La atención vuelve a dirigirse al creciente coste financiero de la pandemia y lo que podría ser necesario para empezar a enviar cheques de nuevo a los estadounidenses desempleados, mantener la financiación a las pequeñas y medianas empresas y a miles de aerolíneas y otros trabajadores en nómina. Nadie tiene ni idea de cuál será la cifra. Pero no estaría mal pensar que igualará o superará los 3 billones originales desembolsados en ayudas emitidas entre marzo y abril.
Adam Button, analista jefe de divisas de Forex Live, dijo en un post el viernes:
"La historia muestra que casi todos los Gobiernos que luchan contra la inestabilidad hacen lo mismo: gastar dinero".
Si bien es probable que las acciones suban en general una vez que se conozca el estímulo, en el frente de las materias primas, el caso del oro es particularmente "abrumador", dice Button.
"Seguimos en un punto estacionalmente débil, pero si se produce algún debilitamiento en noviembre, será el momento de comprar", añade Button, refiriéndose a la incapacidad del metal precioso para sobrepasar el nivel clave de 1.950 dólares por onza el mes pasado.
"Si no, compre en diciembre a cualquier precio. Quiero decir, ¿a alguien le parece esto tocar techo? Parece listo para explotar".
Los traders también estarán atentos a los datos del PIB del tercer trimestre de Estados Unidos del jueves para evaluar la recuperación desde la caída récord del 31,4% del segundo trimestre. Las previsiones hablan de un crecimiento igualmente robusto del 31,9% en junio. Si la cifra no cumple expectativas, el dólar caerá casi seguro, impulsando el oro.
Incertidumbre en la OPEP; el COVID-19 lastra las previsiones del petróleo
En el frente del petróleo, los juegos mentales de la OPEP están lastrando la confianza. En julio, el grupo anunció un retroceso de las reducciones de la producción, antes de que comenzara un deterioro constante de la demanda. Ni Arabia Saudí, que domina el grupo, ni Rusia, su mayor aliado, han dejado claro si los cambios se han cancelado o si simplemente se han pospuesto hasta final de año.
El West Texas Intermediate, comercializado en Nueva York, de referencia para el crudo estadounidense, se deja 71 centavos, o un 1,8% hasta 39,14 dólares por barril. La semana pasada, el WTI cayó un 2,5%.
El Brent de Londres, de referencia mundial para el crudo, desciende 69 centavos, o un 1,6%, hasta 41,38 dólares. La semana pasada, el Brent perdía un 2,7%.
A las aciagas previsiones del petróleo, se suma el aumento de las infecciones por coronavirus en Estados Unidos este fin de semana, alcanzando los casos nuevos máximos históricos intradía en más de 83.000. El brote también ha alcanzado su punto máximo en Francia, ascendiendo a más de 50.000 casos el domingo.
Y en cuanto al suministro, Reuters ha informado de que el Cuerpo Nacional de Petróleo de Libia puso fin el viernes al estado de fuerza mayor sobre las exportaciones de dos puertos clave y declaró que la producción llegaría a 1 millón de barriles por día (bpd) en cuatro semanas, más rápido de lo que se pensaba.
"El reciente aumento de los casos de COVID-19 y las nuevas restricciones de movimiento en algunas partes de Europa están lastrando la confianza, por la preocupación en torno a lo que todo esto significa para la demanda", ha dicho ING (AS:INGA) Economics en una nota. "No ayuda el hecho de que Libia parezca estar reincorporando el suministro al mercado más rápido de lo esperado".
Descargo de responsabilidad: Barani Krishnan no tiene participaciones ni mantiene una posición en las materias primas o valores sobre los que escribe.