En setiembre la Reserva Federal (Fed), el banco central de Estados Unidos, se abstuvo de subir su tasa de política monetaria, debido a la volatilidad en los mercados y a que parecía haber poca convicción entre los participantes de que la entidad actuaría.
Con el paso de los días la Fed pudo obtener más claridad sobre el estado de la economía global, particularmente la estadounidense y la china. Datos recientes de creación de empleo muestran que el país norteamericano sigue generando un número importante de plazas, lo que está reduciendo considerablemente el número de desempleados y que pronto, de acuerdo con la FED, podrían comenzar a presionar los salarios y, posteriormente, la inflación.
Lo anterior hizo que el mercado comenzara a incorporar, de forma casi unánime, una potencial subida en la reunión que culminará el miércoles de esta semana.
No obstante, parece que la reunión se realizará, de nuevo, en un ambiente de nerviosismo en los mercados financieros. La semana pasada los principales índices bursátiles presentaron pérdidas debido al reciente desplome en los precios de las materias primas (particularmente el petróleo), así como señales de estrés en fondos estadounidenses que invierten en instrumentos con baja calificación (conocidos como high yield).
De esta forma, algunos se preguntan si la entidad actuará ante este escenario o volverá a mostrarse cauta. En Aldesa consideramos que la Fed verá el estrés actual como una corrección normal anticipando su esperado movimiento y no basará su decisión en tales eventos.
Conforme con lo anterior, lo más probable (a menos de que en los dos días siguientes la situación se deteriore de forma importante) es que la entidad proceda con la subida de 25 puntos base y mueva el rango meta del 0,25% al 0,50%. Dicho esto, consideramos que el movimiento vendrá acompañado de un comentario bastante tranquilizador, donde el ente le señalará al mercado su intención, no solo de ser gradual, sino incluso la posibilidad de devolver el curso si las condiciones llegasen a deteriorarse.