Los precios de las materias primas, desde el maíz hasta el acero, se han visto presionados al alza para alcanzar, en algunos casos, nuevos máximos históricos.
El aumento en los precios de las materias primas, se ha dado por cinco razones principales:
1. las expectativas de una fuerte recuperación económica tras la pandemia
2. Una nueva tendencia en políticas que favorecen al medio ambiente
3. La escasez de estos productos
4. El debilitamiento del dólar
5. La excesiva liquidez.
Se le conoce como superciclo a la aparición de un periodo en donde la demanda observa un crecimiento significativo, superando las expectativas de oferta y generando escasez en el mercado. No obstante, la diferencia primordial entre un aumento cíclico y un superciclo es el largo periodo que transcurre entre el boom en los precios y el estallido de la burbuja, ya que en este último pueden transcurrir décadas.
De acuerdo con el Banco de Canadá, un superciclo suele “coincidir con periodos de rápida industrialización en la economía global”. Por lo anterior, la reapertura económica y la tan prometida revolución industrial verde, nos sitúan en un escenario perfecto para el inicio de un nuevo superciclo.
Entre los commodities que han alcanzado máximos históricos se encuentra la madera, commodity que diariamente rompe sus máximos históricos, para alcanzar hasta el 6 de mayo del 2021 un máximo de 1,607.50 dólares por 1000 pie tabla.
En lo que va del año la madera muestra un incremento de 124.23% en su precio y en los últimos 12 meses ha incrementado en 370.72%.
Al igual que la mayoría de los commodities, el incremento en el precio de la madera ha sido impulsado en parte por los efectos del Covid19.
Por un lado, se observó una menor producción ante las medidas de confinamiento en la temporada más álgida de la pandemia, así como por la expectativa de una menor demanda ante una reducción en la actividad económica global.
No obstante, la demanda fue mayor a lo previsto, ya que, los confinamientos llevaron a las familias a renovar sus viviendas, mientras que aumentó la construcción en los suburbios a medida que la gente buscaba áreas menos pobladas para vivir.
La pandemia no ha sido el único factor que ha afectado la oferta. De hecho, los problemas en torno a los suministros, iniciaron a finales de la década de 1990 con la propagación de la plaga Dendroctonus ponderosae en la Columbia Británica en Canadá, principal productor de madera del mundo.
La propagación de esta plaga se debe en gran parte al cambio climático, pues, aunque los inviernos fríos mantienen a raya al escarabajo, en los 90’s empezaron a vivir más tiempo y a reproducirse más rápidamente. Instituciones canadienses estiman que la plaga ha afectado a más de 44 millones de acres de bosque en la Columbia Británica.
Cabe recordar que, los árboles tienen un ciclo de crecimiento lento. Desde el momento en el que se siembran y se hace la inversión inicial, hasta el momento en el que se talan y se obtienen los beneficios, podrían pasar años e incluso décadas. De hecho, de acuerdo con modelos económicos de recursos naturales, en latitudes templadas los árboles pueden requerir de hasta 60 o más años para ser aprovechados.
Debido a la escasez de madera, lo único que podría llevar a que el precio de esta materia prima se contraiga o detenga su amplio crecimiento, sería una ralentización en su demanda. Sin embargo, a pesar de los precios altos, ni la construcción ni la renovación de viviendas han mostrado signos de desaceleración. Por lo anterior se espera que el precio de la madera cotice en un rango más alto de lo normal al menos hasta finales de este año o inicios del siguiente.
Hasta entonces se espera que el precio de la madera siga rompiendo máximos históricos y es posible que aumente entre 20 y 25% más de los niveles actuales.