Editorial
En la semana pasada la atención de los mercados financieros se mantuvo enfocada en todo lo relacionado a la pandemia de COVID-19, tanto por la parte de la nueva ola de contagios y las restricciones que algunos países siguen implementando para frenarla, así como los avances en la vacunación global. A ello, se le añadió un tema relevante que fue la presentación de un plan de infraestructura por parte del presidente de EUA, Joe Biden. Este plan tiene tres grandes implicaciones. Por un lado contribuirá a que la recuperación económica se acelere todavía más y por otro, la forma de financiarlo será a través de aumentos de impuestos y finalmente las implicaciones que esto tenga en expectativas de inflación con su impacto en las tasas de interés de los bonos soberanos de largo plazo. Adicionalmente, la atención se enfocó en cifras económicas relevantes, sobre todo en la industria manufacturera y empleo estadounidense. Localmente, lo más destacable fue el envío al Congreso de una reforma a la Ley de Hidrocarburos y la presentación del documento de Precriterios Generales de Política Económica 2022.
Los mercados financieros globales siguen muy de cerca la evolución de la pandemia por COVID-19. Los casos de coronavirus a nivel mundial aumentaron por sexta semana consecutiva, y el número de fallecimientos sigue acelerándose. Ante el aumento de contagios en la mayoría de los países europeos, ya son varios los que están anunciando más restricciones para intentar contener una nueva ola de la pandemia. Entre ellos, Italia ha anunciado que impondrá cuarentena de cinco días a viajeros de la Unión Europea (UE); Francia podría anunciar nuevas restricciones; Alemania hará controles más severos en fronteras terrestres y España, se exige una PCR negativa a los franceses que entren por carretera, a la vez que se endurece el uso de la mascarilla.
Estas informaciones contrastan con EUA, donde la campaña de inmunización marcha de buena forma, tras el anuncio del presidente, Joe Biden, de que el 90% de la población podrá vacunarse a partir del 19 de abril.
Por otro lado, el Gobierno de Estados Unidos presentó los detalles de un plan nacional de infraestructura por valor de 2.25 billones de dólares, que prevé financiar con una subida del impuesto de sociedades (aumentarlo del 21% actual al 28%).
Se trata del segundo paquete legislativo billonario que presenta Biden en menos de 100 días en el poder, después de la aprobación del rescate económico de 1,9 billones por la pandemia, que ya chocó con la oposición de los republicanos y resistencias en sus propias filas.
Una vez presentado, el plan requiere ahora de la aprobación del Legislativo, donde con toda probabilidad se enfrentará a una férrea oposición de los republicanos y no está claro si los demócratas podrán aplicar el recurso legislativo de solo requerir mayoría simple para su aprobación.
La especulación del impacto de este plan de infraestructura en la economía norteamericana, sobre todo en lo referente a la inflación, provocó que aumentaran las tasas de interés de bonos del tesoro estadounidense de largo plazo. Por momentos, cerca de 1.77%, su mayor nivel en 14 meses. Sin embargo, esta alza tuvo efectos limitados en los activos de mayor riesgo, debido a que se anticipaba que podría suceder.
Las cifras económicas reportadas en la semana, en particular las de EUA del mes de marzo, confirman la mejora en el desempeño. La aceleración en el ritmo de las vacunas y el enorme paquete de ayudas para la pandemia de la Casa Blanca están apuntalando el mercado laboral y la economía en general
Por último, terminó la crisis del Canal de Suez y se reanudó la navegación después que el portacontenedores "Ever Given" mantuviera bloqueada esta vía durante casi una semana al encallar y quedar atravesado y que generó fuerte volatilidad en el precio internacional del petróleo. Asimismo, la OPEP+ acordó mantener sin cambios su actual nivel de reducción en la producción global de crudo.
En México, el presidente López Obrador envió a la Cámara de Diputados una iniciativa para modificar seis artículos de la Ley de Hidrocarburos que entró en vigor en 2015, que esencialmente le da al gobierno mayores poderes para suspender permisos a las empresas privadas. La reforma propuesta plantea que, ante riesgos a la seguridad nacional, a la seguridad energética o a la economía nacional, el Estado suspenda los permisos e incluso tenga la posibilidad de tomar el control y operar las instalaciones de los negocios cuyo permiso haya sido suspendido, a través de las empresas productivas del Estado, o sea Pemex y CFE, esencialmente.
De acuerdo con los Precriterios Generales de Política Económica 2022, la Secretaría de Hacienda prevé que el PIB crecerá a una tasa de 5.3% en 2021. Es un escenario factible, sobre todo por la reciente mejora que han tenido las perspectivas económicas en EUA. El resultado también dependerá de la evolución de la vacunación en México.
El peso mexicano tuvo una semana de altibajos, pero con ligera tendencia positiva. La moneda logró sortear de buena forma los temores a la nueva ola global de contagios de COVID-19 y el repunte en las tasas de interés de largo plazo. A pesar de esta mejora, el peso parece tener poco margen para aumentar las ganancias en el corto plazo.
Principales referencias económicas y eventos de la semana
La principal referencia para los mercados financieros será las minutas de la última reunión de política monetaria de la FED.
Adicionalmente, en EUA se conocerá de febrero: pedidos de fábrica y balanza comercial; de marzo: ISM de servicios y precios al productor; así como el cambio en inventarios de petróleo.
En Europa, habrá dato de PMI de servicios y compuesto de marzo; en Alemania, producción industrial de febrero. De China, PMI compuesto y de servicios (Caixin) de marzo.
En México, Banxico publicará su encuesta de expectativas y las minutas de la última reunión de política monetaria; además conoceremos de enero: inversión fija bruta; de febrero: producción industrial; de marzo: índice de confianza del consumidor e inflación.
Expectativa para el Tipo de cambio
Para la semana no se contempla un catalizador relevante que pueda definir el rumbo del peso mexicano. Con ello, la moneda seguirá muy dependiente de la pandemia de COVID-19, de los temas relacionados con los vaivenes de las tasas de interés de largo plazo, de las minutas de la FED sobre todo la discusión en términos de posibles acciones para frenar la oleada de ventas de bonos soberanos, de cifras económicas globales, en particular de EUA el ISM de servicios y los precios al productor y asimilando el reporte de empleo estadounidense y el plan de infraestructura de Biden anunciado la semana pasada. Con ello, durante la semana la moneda mexicana podría fluctuar entre los $20.10 y $20.80 spot.
Expectativa para las Tasas de interés
En el mercado primario, la tasa de Cetes a 28 días podría registrar una baja o mantenerse sin cambios; por su parte, el rendimiento para los bonos de 10 años en el mercado secundario, podría moverse entre 6.70% – 7.05%.