La relación entre los metales preciosos y el papel moneda, siempre ha tenido que ver con la oferta relativa de cada uno. Si hay mucho papel moneda (dólares, euros, yenes, etc.) en relación a la cantidad de oro o plata, estos metales terminan teniendo un precio alto denominado en las distintas monedas.
Las cantidades disponibles de oro y plata crecen lentamente, al ritmo de las extracciones mineras. Sin embargo, la cantidad de papel moneda que deciden imprimir los principales bancos centrales del mundo, depende de la política monetaria que escojan. Vale destacar que, estas cantidades, pueden potencialmente variar fuertemente de un momento a otro.
Gráfico Nº 1: Cantidad de oro minada por año (en toneladas)
Fuente: World Gold Council
Gráfico Nº 2: Producción de plata por año (en toneladas métricas)
Fuente: Statista.com
Cuando en la última crisis global estuvo claro que los bancos centrales emitirían todo el dinero que fuera necesario para bajar las tasas de interés, incentivar el crédito y facilitar la recuperación económica, los metales tuvieron una espectacular suba. ¿Por qué? Porque las cantidades físicas de oro y plata se iban a mantener prácticamente constantes, al tiempo que el papel moneda iba a tener un crecimiento explosivo.
Entre enero de 2009 y septiembre de 2011, el oro subió un 120% y la plata un 330%. Este fue el momento en el que los bancos centrales, con la Reserva Federal a la cabeza, comenzaron sus programas de inyección monetaria conocidos como “quantitative easing”.
Gráfico Nº 3: Evolución del precio del oro vs. hoja de balance de la Fed
Fuente: Macrotrends.com
A la luz de estos hechos, ¿de donde surge la idea de que hoy tiene sentido ser poseedor de metales? ¿Se espera una nueva ronda de inyección monetaria?
En los mercados financieros, todo es anticipación y hay que pensar las inversiones como las jugadas de ajedrez, adelantándose a los hechos. Ya se habla de una nueva desaceleración a nivel global. Este ha sido uno de los argumentos de la Reserva Federal para frenar las subas de tasas que tenía previstas para este año. Después de todo, si el mundo se desacelera, a la Fed no le conviene dificultar la disponibilidad del crédito, porque el daño colateral afectaría directamente a los Estados Unidos.
Gráfico Nº 4: Evolución precio del oro vs. S&P 500:
Fuente: Investing.com
Gráfico Nº 5: Evolución precio de la plata vs. S&P 500
Fuente: Investing.com
Pero acá está la clave: en la década de tasas de interés cercanas al 0%, se tomaron muchos créditos de forma irresponsable en todo el mundo. Argentina es sólo un caso de una larga lista. Y lo que el mercado empieza a vislumbrar es que los bancos centrales deberán monetizar buena parte de esas deudas que no podrán afrontar ni los privados ni los Estados. Concretamente: el mercado empieza a comprender que se acerca una nueva ronda de “quantitative easing”.
Este es el argumento por el cual, el oro y la plata, son hoy el refugio más inteligente de valor. Por si alguna duda les presenta este razonamiento, sólo presenten atención a quienes han sido los compradores netos de oro en la última década: los principales bancos centrales del mundo.