Recién concluyó la reunión de política monetaria de la FED. En línea con lo esperado no anunciaron ajustes a su actual tasa de fondeo ni al programa de compra mensual de bonos.
Asimismo, mantuvo su expectativa de que no habría un alza de tasas de interés hasta 2024. Sin embargo, siete de 18 integrantes indicaron que esperan un alza en 2023, comparado con los cinco en la reunión previa de diciembre pasado.
La FED mejoró significativamente las expectativas de crecimiento económico para 2021, al pronosticar una expansión del PIB de 6.5%, desde el 4.2% previo (la tasa de desempleo se ubicaría en 4.5% a finales de este año y 3.5% en 2022). Respecto a la inflación, sigue considerando que posibles aumentos serán de corto plazo. Si bien subió su estimación de inflación subyacente para 2021 a 2.2%, esta luego descendería a 2.0% en 2022.
No hubo una acción específica para hacer frente a las recientes alzas de tasas de bonos del tesoro estadounidense de largo plazo. Sin embargo, el lenguaje con relación a la inflación provoca una reacción inicial de baja en la tasa del bono de 10 años. A nuestro juicio, la decisión de no intervenir directamente en la curva de tasas de interés (comprar bonos de largo plazo) mantendrá la volatilidad en los mercados financieros, dejando abierta la especulación sobre los siguientes datos económicos, sobre todo referentes a la inflación. La FED calma temporalmente a los mercados, pero no ha desactivado por completo lo que está detrás de la reciente oleada de bonos soberanos.
El peso mexicano se aprecia hacia $20.50 spot. El tono del comunicado de prensa, la perspectiva para la inflación y las estimaciones de la tasa de fondeo para los próximos años parecen tranquilizar a los operadores de que no hay planes de ajustes a las acciones de la FED. Ahora, la atención se enfoca en lo que pueda decir el presidente Powell en su conferencia de las 12.30pm. Seguramente será cuestionado por el tema de la situación del mercado de bonos y podría mencionar la discusión al interior del comité al respecto.